Corea del Norte ya tiene una agencia turística en Rusia, NKOREAN, que funciona sin mediadores y promete garantizar la seguridad de los viajeros durante las visitas a uno de los países más herméticos del mundo.
“Hay mucho interés por parte de nuestros turistas y creo que se perfilan buenas perspectivas de desarrollo para esta compañía. En cuanto a nosotros, les daremos apoyo informativo”, dijo hoy el presidente de la Unión de Agencias Turísticas de Rusia, Serguéi Golov, en rueda de prensa con motivo del lanzamiento de NKOREAN.
Por su parte, un representante de la embajada norcoreana en Rusia aseguró que su país “ofrece garantías integrales de seguridad para los turistas que cumplen la ley y respetan el orden”.
El diplomático agregó que el potencial nuclear de su país “es una garantía de la seguridad y la paz en la península de Corea”.
Para atraer al turista ruso, explicó, se estudia también la posibilidad de recortar los plazos de emisión de visados de 2 o 3 semanas a entre 3 y 5 días.
Al ser preguntado sobre el caso de Otto Warmbier, el estudiante estadounidense que viajó como turista a Corea del Norte y acabó en coma tras ser condenado a 15 años de prisión por robar supuestamente un cartel de propaganda, el diplomático norcoreano afirmó que “todo turista debe respetar las leyes del país que visita y él las violó conscientemente”.
Lo ocurrido con Warmbier, de 22 años, llevó al Gobierno de EE.UU. a prohibir a sus ciudadanos visitar Corea del Norte, una medida que entrará en vigor a partir del 1 de septiembre.
En la web de la flamante agencia turística que sale al mercado ruso en un intento de compensar la caída de visitantes de Estados Unidos, se comunica que los viajes por el país se organizan en idiomas ruso, inglés, francés y chino, principalmente en grupos reducidos.
También están disponibles paquetes turísticos individuales a petición de los clientes que “quieran profundizar su conocimiento del país y su cultura”.
“Nuestra misión es mostrar la vida real en Corea del Norte”, reza la descripción de la agencia, en la que también se asegura que el viaje a Corea del Norte ahora es “más seguro que un paseo nocturno por Londres”.
El turismo es una fuente de captación de divisas extranjeras para el régimen de Kim Jong-un, cada vez más aislado de la comunidad internacional por sus pruebas nucleares y de misiles.
A falta de cifras oficiales, se calcula que visitan Corea del Norte cada año entre 4.000 y 5.000 occidentales, la mayoría desde EE.UU., el Reino Unido y Alemania.
El surcoreano Korean Maritime Institute estima que este volumen genera a Corea del Norte unos ingresos de entre 30 y 43 millones de dólares anuales.
En cuanto a los rusos, el año pasado visitaron Corea del Norte menos de 500 turistas de este país.
“Hay una categoría de personas que viajan con interés a ese país para ver el socialismo, pero son muy pocos y principalmente proceden del territorio de Primorie y el Lejano Oriente (ruso)”, dijo Irina Tiúrina, portavoz de la Unión Rusa de Turismo.
Con la llegada al mercado ruso de una agencia especializada, continuó, el número de personas que desean conocer Corea del Norte puede crecer, pero ese país “nunca se convertirá en destino turístico masivo”.