Los Boeing 737 Max que se estrellaron en Etiopía e Indonesia carecían de dos mecanismos de seguridad opcionales que, en parte, podrían haber ayudado a sus pilotos a evitar los siniestros, según informó The New York Times (NYT).
Boeing, que vende esos sistemas como un extra, ha decidido comenzar a incluir uno de ellos como estándar tras las catástrofes, señala el diario, citando a una fuente con conocimiento de la decisión.
La empresa, por ahora, no ha anunciado oficialmente ningún movimiento en ese sentido.
Según el NYT, ni el avión de Lion Air accidentado el pasado octubre en el mar de Java ni el de Ethiopian Airlines que se estrelló el pasado 10 de marzo contaban con estos sistemas opcionales de seguridad, que no son requeridos por las autoridades.
Aunque no se conocen aún las causas de los accidentes, expertos han apuntado a un software diseñado para mejorar la seguridad en la fase de ascenso de los aparatos y a un fallo en los sensores que activan ese mecanismo como posible motivo, lo que ha llevado a numerosos países a vetar temporalmente este modelo de Boeing.
Según el NYT, dos sistemas que la empresa estadounidense vendía como opcionales podrían haber ayudado a evitar los recientes siniestros.
Uno de ellos es un indicador del “ángulo de ataque”, que muestra las mediciones de los dos sensores en cuestión, mientras que el otro es una “luz de desacuerdo” que se activa si las mediciones de esos sensores no coinciden.
Boeing, que ha anunciado una actualización del software, también tiene previsto incluir la “luz de desacuerdo” por defecto en todos los nuevos 737 Max, según dijo una fuente al periódico.
El indicador del “ángulo de ataque”, mientras, continuaría siendo algo que las aerolíneas deben encargar como un extra.
Según expertos citados por el diario, los dos mecanismos son esenciales para la seguridad y muy baratos de instalar.
Los fabricantes de aviones ofrecen habitualmente a sus clientes multitud de extras que pueden añadir a sus aviones, aunque normalmente no hacen públicos sus precios.
Según otra información publicada este miércoles por el NYT, el piloto del vuelo de Lion Air que se estrelló en octubre consultó desesperadamente el manual técnico del avión mientras el aparato se precipitaba hacia el mar para tratar de encontrar una solución y estabilizarlo.
Ese momento quedó recogido en la grabación de audio de la cabina, recuperada tras el accidente.
Según la investigación preliminar del siniestro, el morro del avión se inclinó hacia abajo más de 20 veces, un movimiento que los expertos creen que pudo estar causado por un error de los sensores o del software citado anteriormente.