El grupo canario Lopesan ha puesto en servicio su nuevo hotel Costa Bávaro, en Punta Cana (República Dominicana), después de 15 meses de trabajos para levantar la primera fase de un complejo turístico en el que ha invertido más de 230 millones de euros.
En un comunicado, el grupo empresarial destaca este lunes que los turistas alemanes Juergen y Susanne Greiwald se han convertido en los primeros huéspedes de su nuevo hotel en el Caribe, donde han sido recibidos por su consejero delegado, Francisco López.
El complejo turístico, de cinco estrellas, oferta 1.042 habitaciones y dinamizará la economía dominicana con la creación de más de un millar de puestos de trabajo.
La compañía explica que ha cerrado acuerdos con algunos de los operadores turísticos más importantes de Estados Unidos y Canadá para que los turistas norteamericanos se conviertan en los principales clientes del Lopesan Costa Bávaro.
No obstante, Francisco López anima a todos los canarios a que visiten República Dominicana y “se dejen sorprender por lo que tiene que ofrecer este maravilloso país y el espectacular hotel”.
Además de felicitar a todo el equipo que hizo realidad este proyecto en “un tiempo récord” y colocar la primera pieza de la expansión de Lopesan Hotel Group en el Caribe, López lamenta “las trabas burocráticas y los escollos administrativos que han impedido el desarrollo” de sus nuevos proyectos en Gran Canaria.
Recuerda que la zona de Meloneras, en Maspalomas, se bloqueó “la creación de 3.000 nuevas habitaciones y se obligó a la compañía a buscar un nuevo mercado en Punta Cana”.
Lopesan Hotel Group invertirá otros 200 millones de euros en la segunda fase de Costa Bávaro, cuya inauguración está prevista para 2021, con 2.050 nuevas habitaciones.
En opinión de los responsables del grupo canario, ese proyecto marcará “un nuevo hito en el sector turístico al crearse, en apenas 36 meses, el mismo número de habitaciones en República Dominica que las que construyó la compañía en 15 años en Meloneras”.
El diseño de Lopesan Costa Bávaro está inspirado en la arquitectura colonial presente en América Latina y Canarias, con el “toque autóctono” que aportan materiales específicos de la arquitectura tradicional dominicana como la madera, la piedra coralina y la cana, que dan un sabor caribeño al proyecto.