El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, considera que la nueva compañía con la que el grupo prevé iniciar sus operaciones en Brasil debe ser de bajo coste y ha advertido del riesgo que supone empezar con un plan demasiado ambicioso, que “en el medio camino te obligue a tener que pararte”.
Globalia se ha convertido en la primera compañía de capital 100 % extranjero en obtener una licencia para operar vuelos internos en Brasil, después de que el país aprobara la concesión de explotación de servicio regular de pasajeros al grupo español.
En su opinión, el modelo de bajo coste “tiene bonanzas, al incorporar a pilotos y tripulantes jóvenes, aunque vengan de rebote de otras compañías, con nuevos salarios y empleo local”.
Aunque el presidente de Globalia no conoce al detalle los planteamientos que tiene su hijo Javier, que lleva las riendas del grupo desde hace casi tres años, porque “todavía no habido tiempo para ello”, pero defiende que el modelo low cost es el mejor para el inicio de sus operaciones en el mercado brasileño.
Hidalgo cree que, cuando hay una concesión de una línea, “hay que hacer los estudios de mercado y diseñar un plan de negocio a cinco años mínimo y ver posibilidades de crecimiento”.
De momento, la compañía ha conseguido la licencia para operar vuelos nacionales y ahora “se necesita crear la nueva infraestructura con un nuevo nombre, nuevos aviones y nuevo personal”, a partir de un análisis de las posibles rutas, ha explicado Hidalgo, quien ha viajado estos días a Ciudad de Panamá y Medellín (Colombia) con motivo de la inauguración de las rutas a ambas ciudades.
“Hay que hacer las cosas con seguridad y también se debe analizar qué ha llevado a una compañía muy bien implantada en el mercado brasileño como Avianca Brasil a la quiebra y nosotros no podemos cometer ese error”, ha declarado, y ha añadido: “Tenemos que hacer las cosas tranquilas, como yo he hecho en mi vida, poco a poco y con pasos seguros y sentido común”.
El proyecto “está todavía bastante verde, lo que sí parece es que hay prisas”, que se deben, a su juicio, a que en Brasil existe poca competencia aeronáutica y se necesita “un tercero en discordia” para mejorarla.
Aunque el plan de negocio está aún por definir, Hidalgo ha avanzado que los aviones con los que operará la nueva compañía no serán de Air Europa, que no tiene unidades disponibles. “Todo lo de Brasil debe ser nuevo”, ha recalcado.
La elección sobre si operar con aviones de Embraer o realizar un pedido específico de aparatos más grandes como los A320 o los 737 MAX más modernos, ante la incertidumbre de cuándo podrán volver a volar, está “todavía bastante verde” en este momento y lo decidirá el consejero delegado del grupo, Javier Hidalgo.
“Es una incógnita si se podrán poner en marcha o será Airbus la que protagonice los nuevos pedidos de la industria aérea, ahora es muy precipitado comentarlo”, ha puntualizado.
En cuanto a la posibilidad de desarrollar un proyecto similar en Colombia, donde Air Europa acaba de sumar a su ruta de Bogotá -inaugurada en 2016-, la de Medellín, Hidalgo ha afirmado que “todo es posible”.
No obstante, ha recordado que Air Europa acaba de aterrizar en su segundo destino colombiano y todo necesita su tiempo de desarrollo y consolidación, a pesar de que “ya me están pidiendo más frecuencias” para Medellín.
De acuerdo con el empresario, la ruta de Bogotá es “la más rentable de todas las que opera Air Europa” y, desde su inicio no ha bajado la ocupación del 95 % de media en ninguno de los dos sentidos.
En cambio, la ruta de Venezuela “no es tan buena como era antes”, como ocurre también con la de Buenos Aires, “pero se mantendrá”, pese a que, además, alojar a las tripulaciones en La Romana (República Dominicana) para evitar que pernocten en Caracas ha encarecido su coste operativo.
Aparte de Panamá y Medellín, el plan de crecimiento de Air Europa pasa este año por otras nuevas rutas que unen Madrid con Sevilla, Oviedo, Copenhague, Atenas, Estocolmo, Casablanca (Marruecos) o Túnez.
Hidalgo se ha referido también a los buenos resultados del negocio de transporte de carga en las bodegas de sus aviones de pasajeros que la compañía ya no subcontrata, sino que gestiona directamente. “Está funcionando muy bien y hemos crecido en ingresos por encima de un 30 % en 2019”.