“En vez de Barcelona, Valencia”: es la recomendación turística sobre España que hace el prestigioso diario The New York Times (NYT) en un reportaje en el que propone seis “alternativas tranquilas” para quienes quieran “refugiarse de las multitudes” en Europa.
El NYT describe la evolución de Barcelona como ciudad turística a partir de la Exposición Universal de 1888, pasando por los Juegos Olímpicos (1992) y el Fórum (2004), hasta llegar a 2019, cuando dice que Airbnb “desplaza residentes”, se ven “despedidas de soltero” por la Catedral y los cruceros descargan miles de turistas diarios.
“Para obtener una dosis menos frenética de encanto mediterráneo y cosmopolita, diríjanse 350 kilómetros al sur por la costa hasta Valencia, la tercera ciudad más grande de España, con apenas 2 millones de visitantes al año”, propone el rotativo.
“La región conocida como la huerta de España y la cuna de la paella” tiene un casco viejo “lleno de arquitectura gótica, románica, renacentista y barroca” y una “cinta de parques” que recorre el antiguo cauce del río Turia, culminando en la Ciudad de las Artes y las Ciencias del arquitecto Santiago Calatrava.
El rotativo destaca de la capital valenciana edificios históricos que abarcan varios siglos como la Catedral, la Lonja de la Seda, el Mercado Central y el de Colón, pero también emblemas modernos como el museo del IVAM y los “bulliciosos” barrios de El Carmen y Ruzafa, ahora “llenos de galerías, cafés ‘cool’ y atractivo arte callejero”.
Por supuesto, propone probar la gastronomía local: “pruebe a comer en uno de los palacios de la paella como La Marcelina, en la playa de la Malvarrosa”, señala el diario, en el restaurante Saiti de Vicente Patiño o el dos estrellas Michelin de Ricard Camarena en la antigua fábrica de Bombas Gens, reconvertida en centro de arte.
“Para los valencianos del siglo XXI, las playas no son un campo de batalla sino un estilo de vida para saborear”, indican, remitiendo al puerto, que acogió la Amaerica’s Cup en 2007 y 2009 y que disfruta ahora de una segunda vida, y la “revitalización liderada” por el hotel Las Arenas.
“Evidentemente una ciudad europea con más de 300 días de sol al año, playas interminables, cultura de primera clase, gastronomía y arquitectura nunca estará vacía de turistas, pero Valencia mantiene una onda desapercibida y está felizmente libre de masas de turistas corriendo de monumento en monumento, dejando botellas de plástico y rencor local a su paso”, señala el NYT.
En ese sentido, este medio estadounidense se hace eco de las multas a Airbnb en Barcelona, a las protestas de los vecinos en la playa y a la presencia de prostitutas en el barrio de La Rambla, “que inconscientemente contribuyen (al problema) al acosar y robar a turistas demasiado borrachos para defenderse”.
“Cualquiera que sea la ciudad que finalmente gane el título de ‘la siguiente Venecia’, Barcelona -con 1,6 millones de residentes y unos 30 millones de visitantes anuales- parece ir encaminada a la fase eliminatoria”, lamenta el diario