En La Donaira se aprende mucho de abejas, caballos, gallinas y ovejas. Se descubren planta insólitas con las que armonizar ensaladas, se escucha el silencio o el piar de los pájaros, pero sobre todo se vuelve a descubrir el placer de lo sencillo, de lo natural, de lo biológico y ecológico, de lo auténtico… Eso que creíamos que había desaparecido.
La Donaira podría definirse como “un resort healthy”, que apoyado en su filosofía de amor por la naturaleza invita al llamado “slow travel” ofreciendo a sus huéspedes un modo de vida en desuso, además de vivir experiencias olvidadas, volver a la vida tranquila y redescubrir el placer de los gustos sencillos.
Con el propósito de convertirse en uno de los refugios del lujo sostenible más puristas de Europa, la finca andaluza La Donaira ha hecho de lo ecológico su filosofía. Diseño, arte, caballos, naturaleza y música, son algunos de los encantos del cortijo más “eco-chic” de España.
En esta ocasión, en Lookout Pro hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Sophie Gravier, Project Manager de La Donaira, para conocer con más detalle sobre esta finca andaluza que se ha convertido en uno de los TOP 5 de los mejores del mundo eco-retreat de lujo según la prensa internacional especializada
Sophie, eres la Project Manager de La Donaira, cuéntanos un poco cómo llegaste a La Donaira y cuál es tu relación con el proyecto…
Conocí La Donaira casi en sus principios, hace unos 10 años. Fui como invitada a algunas veladas y me enamoré del proyecto. Hace 3 años me propusieron llevar la primera edición del Festival Pause, una serie de conciertos al aire libre e improvisaciones. Después del festival, dejé mi otro trabajo y me integré al equipo de La Donaira a tiempo completo.
Hoy llevo varios proyectos diversos dentro de la finca como la organización de eventos y conciertos, así como otros proyectos más enfocados hacía la agricultura regenerativa o la comercialización y distribución de nuestros productos.
¿Cómo surgió la idea de crear un eco retiro de lujo con solo nueve habitaciones, granja orgánica y centro ecuestre?
La Finca empezó con el amor hacía el caballo Lusitano, considerado el caballo de silla más antiguo del mundo. La finca está en un enclave donde existe la mayor biodiversidad de Europa y es por eso que la elegimos para alojar a los primeros 30 caballos lusitanos (hoy tenemos más de 80).
Pensamos que era posible crear un nuevo estilo de vida, dónde animales, humanos y tierra puedan convivir en la misma armonía que existía hace siglos. Trabajar con la tierra tiene un poder curativo – para la tierra y para la gente.
No estamos en contra del mundo moderno, al contrario, simplemente intentamos disfrutar de sus ventajas y dejar los inconvenientes de lado.
El cortijo esta diseñado en forma de retiro. Hemos cuidado el detalle al máximo mezclando bioconstrucción y tecnología con un interiorismo muy pensado con grandes ventanales que permiten que la naturaleza sea parte del interior. Contamos con un SPA espectacular que se puede disfrutar en invierno, por ejemplo, bañándote en la piscina infinita interior mientras contemplas la sierra cubierta de nieve.
Empezamos con 9 habitaciones, con el propósito de crear un ambiente íntimo, dónde la gente pueda compartir y conocerse (como una casa de amigos) y al mismo tiempo tener esta sensación de espacio y privacidad.
Tenemos una demanda que crece cada día, y gran parte del proyecto tiene como objetivo; concienciar y compartir. Aprendemos muchos de nuestros huéspedes por lo que siempre estamos en evolución continua sin que haya nada fijo. Para responder a esta demanda, estamos ahora trabajando en la creación de un segundo cortijo dentro de nuestras 700 hectáreas.
La tierra es parte de nuestro tríptico (humanos, animales y tierra) y nuestra elección de alimentos puede convertirse en una iniciativa de cambio. 90% de nuestra comida proviene de nuestra granja y el porcentaje restante de colaboradores locales. Tenemos también viñas y producimos nuestro propio vino, pero no queremos cerrarnos a los increíbles vinos naturales que existen en España, Francia o Austria por citar algunos.
En otras palabras, hemos creado nuestro propio mundo ideal.
¿A qué tipo de huésped va dirigido La Donaira?
Sin caer en un cliché, diría que va dirigido a toda gente que quiere descubrir un modo de vida más respetable con el medio ambiente. Es un nuevo tipo de lujo que creo está floreciendo, dónde tomamos el tiempo de comer, leer, aprender, disfrutar, escuchar música, caminar, etc. El famoso “slow travel”.
La Donaira es una apuesta por el turismo ecológico y sostenible, ofreciendo al visitante una experiencia única, en un lugar excepcional, ¿qué puede esperar un cliente al alojarse en La Donaira?
Tomar el tiempo y despertar sus sensaciones gustativas, olfativas, del oído y visuales. Descansar, hacer una “Pausa”. Aprender y disfrutar. Proponemos muchas actividades también. Muchos de nuestros huéspedes programan excursiones fuera de la finca antes de llegar y el 90% las cancela al día siguiente de haber llegado. Intentamos proponer actividades que no podrían hacer en cualquier sitio y sobretodo que tengan que ver con nuestra filosofía.
Para darte un ejemplo, una de las actividades que atrae mucha la atención es nuestro “bee bed” (cama de abejas). El prototipo de la cama fue diseñado en colaboración con Jonathan Powell, un apicultor con quien trabajamos.
El huésped se acuesta en una cama que tiene debajo unas 4 colmenas (unas 100.000 abejas). La cama tiene un techo y ninguna abeja puede entrar, además de llevar un traje de protección, es totalmente seguro. Solo tienes que tumbarte y escuchar el zumbido de la vida de 100.000 abejas. La inmersión tiene poderes curativos y es alucinante.
Es un ejemplo, pero como ves, es una manera de sensibilizar (en este caso de la problemática actual del riesgo de extinción de las abejas) con una experiencia que nadie en el mundo ha vivido.
¿Qué nacionalidades se han alojado hasta la fecha en La Donaira?
Hemos tenido huéspedes de todas las nacionalidades. Tenemos mucha gente del Reino Unido, de Estados Unidos, de los países escandinavos, de Austria, Alemania, Francia y últimamente mucha gente de Canadá y Brasil. Tenemos también españoles (Madrid, Barcelona, País vasco y gente de la costa del sol que vienen un fin de semana de escapada).
Los europeos suelen venir un fin de semana largo y para la gente que viene de más lejos, solemos ser una etapa de Pause entre 2 ciudades (Sevilla y Granada por ejemplo o incluso entre Madrid y Barcelona).
4-5 días es la estancia ideal.
¿Qué es lo que más han destacado los clientes después de vivir una experiencia en La Donaira?
Depende de cada persona. Para los aficionados a la “slow food”, será nuestra gastronomía y nuestros vinos. Para la gente que viene a montar, por supuesto los caballos lusitanos y el descubrimiento/aprendizaje de la doma natural o nuestra introducción a la terapia equina.
Otros vienen a hacer senderismo o bicicleta de montaña. Los que están empezando su propio huerto, vienen a aprender técnicas de permacultura e inspirarse en nuestros conceptos de agricultura regenerativa. Algunos solo vienen a descansar, disfrutar de nuestro SPA, o coger un libro para ir a nuestra piscina exterior de manantial.
Y para los niños, creo que lo que más les gustan es ir a recoger sus propios huevos y la interacción con los animales de la granja.
En La Donara, el cliente se hospeda bajo una modalidad “lujo sostenible todo incluido” en el que las tres comidas del día se hacen en compañía de los demás huéspedes. Estas veladas de “acercamiento” con sugerencias culinarias de chef internacionales, vinos naturales de la finca y cerveza artesanal, suelen convertirse en unas interesantes charlas entre huéspedes de todas partes del mundo. ¿Por qué se ha elegido esta modalidad?
Estamos viviendo una crisis económica y una crisis espiritual, en una sociedad dónde es difícil comunicar de otra manera qué a través de una pantalla, para bien o para mal. Simplemente queremos ofrecer algo diferente, dónde el contacto humano sea más directo y más transparente.
Al principio nuestros invitados se sorprenden (y siempre ofrecemos la posibilidad de comer o cenar en una mesa apartada), no obstante, muchas veces, lo descartan. Es interesante observar como la gente se tiene que re-acostumbrar a empezar una conversación cara a cara. Pero lo más asombroso como dices son las charlas que surgen y con una o dos copas de vino; ¡las risas!
¿Cómo puede el cliente elegir los platos o el menú en La Donaira? ¿Hay una carta específica por temporada o varía diariamente? ¿Quién hay detrás de los fogones?
Al hacer la reserva, preguntamos a los huéspedes si tienen algún tipo de alergia, intolerancia, régimen o si hay algo que no quieren comer. Estamos en un mundo donde tenemos que tomar un número incontable de decisiones al día. Queremos que nuestros invitados se despreocupen del menú o del vino que tendrían que escoger y que se dejen llevar por las estaciones y la creatividad de nuestro chef.
Detrás de los fogones, está Fredrik Andersson, quien cocina y se identifica con la cocina híper-local y de temporada, el “farm to fork” – de la tierra al tenedor. A diario se comunica con Andrew, nuestro responsable y diseñador de las huertas, para hacer su recolecta. Unos días antes habrá hablado con Ortega, nuestro responsable de ganadería. Aunque tengamos platos vegetarianos, nuestra cocina no lo es. Es responsable, local y de temporada.
En la finca también se han realizado eventos privados y bodas, ¿Cuál es el aforo máximo? ¿Qué tipo de celebraciones son las más demandadas?
Efectivamente, damos la posibilidad de reservar La Donaira en exclusiva para eventos privados. Los más demandados son bodas, o celebraciones de cumpleaños.
Tenemos también algunos viajes de empresa tipo seminarios. Las bodas suelen ser de 3 días. En La Donaira pueden alojarse hasta 23 personas (algunas de nuestras habitaciones son Dúplex). En celebraciones podemos acoger hasta 120 comensales. A las personas que no se alojan en La Donaira, solemos recomendar otras estancias y organizándoles todos los traslados.
¿Qué actividades pueden Los huéspedes en La Donaira realizar durante su estancia?
Tenemos una lista de actividades que proponemos: deportes al aire libre (senderismo, parapente, paseos en bicicleta, montar a caballo, por supuesto, o asistir a una demostración de doma natural etc.), clases de yoga y meditación con Paula, nuestra yogi.
También ofrecemos una visita guiada por nuestro campo para ver a los animales y aprender sobre el enfoque ético de La Donaira. Experiencias un poco más particulares como la cama de abejas, o un taller de cómo hacer fabricar velas libres de químicos utilizando nuestra cera de abejas.
Y por la noche, después de cenar, abrigados de uno de nuestros ponchos artesanales, invitamos a nuestros huéspedes a observar la luna, Júpiter o los anillos de Saturno a través de nuestro telescopio Celestron CPC 800.
La Donaira cuenta además con un equipo de voluntarios de todas partes del mundo que viven en la finca disfrutando de un entorno de naturaleza y forman parte del personal de la finca. ¿Cómo surgió esta idea?
La sostenibilidad no sería posible sin una transferencia del conocimiento. El wwoof (World Wide Opportunities on Organic Farms) es un programa cultural y educacional mundial del cual hemos querido ser partícipes. Para los voluntarios, es una forma de integrarse en el movimiento ecológico. Para nosotros, es una de las ramas de nuestro deseo de compartir y de enseñar lo que estamos construyendo. El aprendizaje es mutuo.
Los voluntarios pueden trabajar en cada una de las ramas, con los caballos, el jardín medicinal, el hotel, agricultura… contribuyen a su enriquecimiento. ¿Cuál es la filosofía de trabajo de La Donaira?
Efectivamente, los voluntarios contribuyen en las diferentes ramas del proyecto que acabas de citar.
Los voluntarios trabajan 6 horas al día, 5 días a la semana y a cambio aprenden sobre métodos sostenibles, reciben alimento (también local y de temporada) y cobijo durante su estancia. Suelen quedarse entre 3 meses y 1 año.
El día que empiezan a contribuir a cambio de recibir una compensación económica (como ha pasado en algunos casos) cambian de estado de voluntarios a empleados.
Somos un equipo dinámico y muy internacional, y todos estamos aquí porque nos enamoramos del proyecto y de su evolución: todos los días estamos aprendiendo, desarrollando nuevas ideas.
Las empresas tradicionales suelen enfocarse en un crecimiento único y vertical, cuando intento describir La Donaira o mi trabajo, suelo abrir las manos y ponerlas al horizontal: es un proyecto con mil ramas que crecen al mismo tiempo, a imagen y semejanza de nuestro campo. No creo que exista un proyecto así en el mundo, con este ideal y esta belleza.
El proyecto de La Donaira, que cuenta con certificado ecológico, pasa por haber repoblado de aves y de abejas el ecosistema que tiene como escenario, y también por disfrutar de las ventajas de su extenso jardín de hierbas medicinales, ¿Cómo surgió la idea de este jardín?¿Puede el huésped aprender durante su estancia sobre las diferentes plantas y sus propiedades?
Inspirado en los jardines del monasterio medieval que servían como farmacias vivientes, el jardín medicinal, situado al pie del cortijo, es el pulmón de La Donaira. Tiene más de 300 plantas medicinales que alimentan, curan, perfuman y embellecen el cortijo y sus huéspedes.
Las plantas y flores del jardín, con sus propiedades gustativas y homeopáticas, se usan en cocina y en las infusiones herbales que preparamos a diario.
Gerhard, el cerebro detrás de la creación de este jardín, adorna el cortijo al ritmo de las 4 estaciones. En cada rincón, en cada habitación, está presente este arte vivo y efímero. Invitamos el huésped a una visita guiada del jardín con Gerhard, con la oportunidad de aprender sobre el enfoque holístico de permacultura de La Donaira.
“Todos los problemas del mundo pueden ser resueltos en un jardín” (Geoff Lawton)
Y finalmente, y para quien no le haya quedado claro, ¿Por qué ir a La Donaira?
Es difícil contestar a esta pregunta sin repetirme. Hemos querido crear un refugio para un publico comprometido, imaginar un nuevo modo de vida rodeado de olivares, almendros, huertas ecológicas, caballos y abejas, arte y música, inventar un nuevo pensamiento en el cual nos convertimos en los administradores de la vida en lugar de sus depredadores.
Y para quien no le haya quedado claro, le invitamos a venir unos días, para observar y participar en este cambio.
