Air France-KLM perdió 1.801 millones de euros en el primer trimestre, marcado por el hundimiento de su actividad a partir de marzo por la crisis de la COVID-19, lo que significa 1.477 millones más que en el mismo periodo de 2019, y anticipó que las cosas van a ir a peor en el segundo trimestre.
En un comunicado, el grupo franco-holandés explicó que en esas pérdidas pesaron varios elementos excepcionales vinculados al coronavirus, como 455 millones de euros por los contratos de cobertura para la compra de carburante, que se demuestran ahora excesivos en razón de la reducción radical de sus capacidades y de las previsiones de tráfico.
También agravaron las cuentas las depreciaciones por 8 aviones Boeing 747 (21 millones de euros) y la amortización de sus Airbus A380 (25 millones), así como el impacto de los impuestos (173 millones).
Air France-KLM tuvo un resultado de explotación negativo de 815 millones de euros entre enero y marzo, lo que supone un deterioro de 529 millones respecto a esos mismos meses de 2019, lo que la empresa atribuyó a la pérdida de 560 millones en marzo, cuando se empezó a hacer sentir la crisis de la pandemia.
De hecho, para la compañía el año había comenzado bien con los dos primeros meses en línea con los objetivos del plan estratégico que había presentado en noviembre del pasado año, pero las cosas se torcieron en marzo.
La consecuencia fue que al final del trimestre, tuvo una caída del 20,1 % del número de pasajeros, con 18,1 millones, y los ingresos unitarios bajaron un 6,9 %.
A partir de estos resultados y del gran nivel de incertidumbre, Air France-KLM retiró los objetivos financieros que se había marcado anteriormente y prevé ahora que las pérdidas del resultado de explotación serán “claramente más elevadas” en el segundo trimestre que en el primero y el resultado bruto operativo (ebitda) en 2020 será “significativamente negativo”.
Por lo que refiere a su actividad, como espera “una lenta recuperación de la actividad” con un levantamiento “progresivo” de las restricciones en las fronteras, ha disminuido sus capacidades un 95 % para el segundo trimestre y tiene intención de hacerlo un 80 % para el tercero.
De hecho, no cree que se vuelva a un nivel de la demanda como el que había previo a la crisis “antes de varios años”.
Por eso ha decidido reajustar su flota con una “reducción estructural de la capacidad de al menos el 20 % en 2021”. Esas reducciones de capacidades deberían permitirle disminuir un 50 % sus costos variables.
Además, espera ahorrar unos 350 millones de euros cada mes por el dispositivo de paro parcial (equivalente al ERTE) al que se ha acogido para buena parte de su plantilla y en paralelo ha anulado los contratos temporales. Además, la dirección ha avanzado que tiene intención de abrir negociaciones con los representantes de los trabajadores para un recorte de la plantilla.
Air France-KLM ha obtenido un préstamo garantizado del Estado francés de 7.000 millones de euros y está negociando una ayuda del holandés, que es también accionista (cada uno tiene un 14 % del capital).
A ese respecto, la empresa justificó el recurso a esas ayudas públicas haciendo hincapié en que pese a las medidas que ha tomado, necesita más liquidez para el tercer trimestre, teniendo en cuenta que durante el segundo va a perder 400 millones de euros al mes.