Cuenta la leyenda que un día el dios Quetzalcóatl robo el árbol de cacao del paraíso donde vivían los dioses, descendió a la tierra, lo plantó y le pidió a Tlaloc que lo regara para que este creciera. Una vez crecido el árbol, se dirigió a visitar a Xochiquetzal, diosa del amor y belleza para que esta adornara el árbol con hermosas flores, flores que con él tiempo dieron el fruto del cacao. Gracias a este increíble regalo, los hombres llegaron a ser sabios, estudiosos, artistas y artesanos.
Teniendo en mente esto iniciemos nuestra cronología, partiendo claro está, en México donde chocolate se designa a una de las bebidas más famosas en todo el mundo del “náhuatl xocoatl (agua ácida o amarga), de xoxoc (cosa agria), y atl (agua)”.
El regalo de los dioses: los orígenes en Mesoamérica
Hace más de 3,000 años, en las antiguas civilizaciones mesoamericanas, el cacao fue descubierto y venerado como un regalo divino. Los olmecas, mayas y aztecas creían que el cacao era un regalo de los dioses, y lo utilizaban en rituales sagrados y ceremonias. En forma de bebida espesa y amarga, endulzada con miel y especias, el cacao se convirtió en un elixir reservado para la nobleza y líderes espirituales.
La llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI marcó un momento trascendental en la historia del chocolate. Hernán Cortés, fascinado por la bebida de cacao que presenció en las cortes aztecas, llevó la novedad a España. La receta original fue ajustada con azúcar, vainilla y canela, dando origen a una bebida más apetecible para los paladares europeos.
El chocolate pronto se convirtió en un símbolo de estatus y elegancia en las cortes europeas. Desde España, la tendencia se extendió a Francia e Italia, donde la realeza adoptó la bebida con entusiasmo. El cacao, antes reservado para los dioses, se convirtió en el regalo perfecto para bodas reales y eventos especiales.
El salto al comercio global: chocolate para todos
A medida que el comercio global se expandía, el chocolate dejó de ser un lujo exclusivo de la aristocracia. La Revolución Industrial trajo consigo la producción masiva de chocolate, haciendo que este manjar estuviera al alcance de las masas. Surgieron las primeras tabletas de chocolate, y las tiendas especializadas comenzaron a deleitar a la gente común con variedades de sabores y texturas.
En la actualidad, el chocolate se ha convertido en un placer universal. Desde tabletas de chocolate artesanal hasta exquisitos bombones, el mercado del chocolate ha evolucionado de manera sorprendente. El chocolate no solo es un delicioso antojo, sino también un ingrediente versátil que ha conquistado la repostería, la coctelería y la alta cocina.
A lo largo de los siglos, el chocolate ha pasado de ser una bebida sagrada en las civilizaciones mesoamericanas a convertirse en un placer diario para millones de personas en todo el mundo. Su historia es una mezcla fascinante de tradición, innovación y amor por lo dulce. Así que la próxima vez que saborees un trozo de chocolate, recuerda que estás disfrutando de un legado que ha resistido el paso del tiempo y sigue endulzando nuestras vidas. ¡A disfrutar del delicioso viaje del chocolate!