Llevamos años oyendo hablar de los súper alimentos. Se trata de alimentos a los que se atribuyen numerosas propiedades beneficiosas y que tienen un potencial nutritivo elevado. Conviene añadirlos a nuestra dieta diaria si bien hay que dejar claro que estos alimentos no son “mágicos” y no dan salud por sí mismos.
Un filón que muchos han tratado de aprovechar incluyéndolos en sus menús o productos (ensaladas, smoothies..) y subiendo su precio de manera desproporcionada.
Veamos cuales son algunos de ellos y qué beneficios pueden traernos.
- Bayas de Goyi- ¿Quién no ha oído hablar de ellas? Provienen de una planta originaria de China donde las utilizan para fortalecer el sistema inmunológico, estimular la líbido, proteger contra enfermedades cardiovasculares y cáncer. Lo curioso es que no existen estudios científicos que avalen estas presuntas propiedades y para muchos no son más que una baya cualquiera. Se le atribuye la capacidad de reducir el colesterol y ayudar a bajar de peso. En este caso sí se han realizado algunos estudios pero la muestra de participantes ha sido reducida por lo que los resultados no se consideran concluyentes.
- Algas: Se trata de un alimento muy completo ya que se enriquecen de todos los nutrientes que hay en el océano. Su elevada cantidad de yodo, estimula el tiroides y aporta unas diez veces más de calcio que la leche. Su propiedad para regular y purificar el sistema sanguíneo le ha hecho ganar muchos aliados.
- Arándanos: Es otra de las bayas de moda. Se relaciona su consumo con un menor riesgo de sufrir un ataque al corazón y reducir las enfermedades cardiovasculares. También son muy conocidas sus propiedades para tratar las enfermedades relacionadas con las vías urinarias.
- Semillas de Chía: Las semillas de Chía en sí mismas son una fuente rica en fibra. Proteínas vegetales y grasas buenas. Pueden absorber hasta doce veces su peso en agua y por tanto es ideal para controlar los antojos y ayudar en las dietas que controlan el peso. No son milagrosas, pero ayudan.
- Sésamo: Se trata de semillas ricas en minerales, magnesio, zinc, calcio y fósforo. Su consumo puede ser crudo y añadidas en ensaladas, en el pan… su uso contribuye a reducir los niveles de colesterol debido a su contenido en lecitina, mejora la función intestinal gracias a su contenido en fibra.
Como en todo, los superalimentos tienen parte de verdad y parte de marketing. Incluirlos en tu dieta no te hará daño alguno pero tampoco conseguirás los ‘milagros dietéticos’ que muchos asocian a ellos.
