Dos décadas después de arrasar con los ritmos colombianos de “La gota fría” y la “Fruta fresca”, Carlos Vives sigue en la brecha y volvió ayer a la provincia malagueña –con parada en Starlite Marbella– impulsado por el éxito de ‘La bicicleta’.
Vives consiguió que el público olvidase el calor de una noche de verano y disfrutaran de todo un espectáculo lleno de ritmo y sonidos étnicos. Como no podía ser menos, el colombiano salió al escenario con los miembros de su banda, La Provincia, bajo los compases de “La bicicleta”, su último éxito, que hicieron entrar en ambiente al publico.
El hijo del vallenato no dejó de comunicarse con los espectadores demostrando ser un hombre cercano y que sabe como llegar a un público entregado. El nivel musical y el ritmo latino se mantuvo con “La gota fría”, “Ella es mi fiesta”, “Déjame entrar” o “El mar en tus ojos” logrando mantener en pie a todo el aforo.
Cuando sonaron “La tierra del olvido” y “La foto de los dos” hacía tiempo que la cantera de Starlite se había convertido en una fiesta a ritmo de vallenato. Con “Nota de Amor” y “Volví a nacer” el cantante preparó una primera despedida, dejando al público con ganas de más. Y, como era de esperar, respondió a las demandas de los asistentes y derrochando simpatía regresó para ofrecer el esperado bis. “Carito”, “Cantor Fonseca” y “La Fantástica” no fueron suficiente. Carlos Vives no pudo dejar Marbella sin volver a cantar “La bicicleta”.
Empezó como actor de culebrones pero pronto encontró otra vocación más sustanciosa: en los años 90 publicó un disco clave en la historia de la música latina comercial reciente, Clásicos de la provincia que llevó el estilo de su país, a nuevos niveles de popularidad. Hace solo un par de años, en 2015, el vallenato fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO.