El nuevo aeropuerto internacional de la región de Murcia recibirá sus primeros pasajeros este martes, 16 años después de que el proyecto fuese declarado “de interés general” para el Estado, y será gestionado por Aena, que prevé alcanzar los 4 millones de viajeros al año al final de los 25 años de la concesión.
Un avión de Ryanair aterrizará por primera vez en las pistas de la pedanía de Corvera procedente del aeropuerto británico de East Midlands en torno a las 10:30 horas, 30 minutos antes del vuelo que dejará en ellas al rey Felipe VI, que presidirá la inauguración oficial con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, entre otras autoridades.
Desde que en 2007 el Gobierno autonómico adjudicó la construcción y gestión durante 40 años de esta infraestructura a la sociedad Aeromur, liderada por la constructora Sacyr, el aeropuerto ha pasado por numerosas vicisitudes, que acabaron con la rescisión de ese contrato en 2015 por incumplimiento y una pugna judicial con esas empresas por su liquidación que aún sigue en los tribunales.
Las obras se iniciaron en julio de 2008 y se paralizaron en 2010, tras lo que el Gobierno regional avaló un crédito a Aeromur de 182,6 millones de euros para acabarlas con un coste total estimado en 256 millones.
La infraestructura se terminó en enero de 2012, pero no llegó a abrir y en diciembre de 2013 el Gobierno murciano se vio obligado a asumir el crédito avalado, lo que según los cálculos de la oposición cuesta 20.000 euros diarios a las arcas públicas.
Tras rescindir el contrato con Aeromur en 2015 y convocar otro, Aena resultó adjudicataria en diciembre de 2017, ahora por 25 años, y será la primera vez que opere en España un aeropuerto que no es suyo, aunque lo hace con 15 en México, Colombia y el Reino Unido.
La operadora estatal, que se quedó sola en el concurso tras abandonarlos Corporación América y Edeis Management, pagará 0,84 euros por pasajero durante los 10 primeros años de la concesión (11 céntimos más del mínimo previsto en el pliego de condiciones, un 15 % más) a partir del momento en el que supere el millón de viajeros.
Ese canon aumentará hasta los 2,56 euros a lo largo de la concesión, y el Gobierno autonómico percibirá también el 10 % de los ingresos por tráfico aéreo de mercancías desde 50.000 toneladas.
La compañía espera igualar este año los resultados del cercano aeropuerto de San Javier, que cerró 2017 con 1,2 millones de viajeros, también operado por Aena en vuelos comerciales desde 1968.
Mañana será el último vuelo civil en esa instalación militar, en cuya ampliación Aena invirtió unos 70 millones entre 2001 y 2015.
Los trabajadores de Aena que prestaban servicio allí se trasladarán a Corvera, como todas las operaciones de vuelo previstas para la temporada de invierno, que finaliza el 31 de marzo.
La idea es que las aerolíneas que prestaban su servicio en San Javier (Ryanair, Easyjet, Tui y Jet2, con conexiones a Bélgica, Irlanda, Reino Unido y Holanda) mantengan todas sus rutas.
Para el verano, la asturiana Volotea ha anunciado que abrirá una conexión con esa región y la noruega Norwegian con ese país.
Aena prevé que las aerolíneas y destinos vayan aumentando paulatinamente a lo largo de los años que durará la concesión y espera alcanzar los 4 millones de pasajeros al finalizarla, el doble de las mejores cifras logradas por San Javier antes de la crisis y más del triple que sus resultados actuales.
El aeródromo tiene capacidad para 140 operaciones diarias, una cada 4 minutos, y el Gobierno prevé que supondrá la creación de 500 empleos directos en su primer año y aporte unos 500 millones de euros a la economía regional a lo largo de esos 25 años.
El nombre oficial será Aeropuerto Internacional Región de Murcia, ya que la propuesta del Gobierno regional para llamarlo Juan de la Cierva, en recuerdo del inventor del autogiro, no ha recibido aún respuesta del Ministerio de Fomento, que debe autorizarlo.