Las aerolíneas han pedido auxilio urgente al Ministerio de Fomento, Aviación Civil, Aena, Enaire y a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para evitar que se repita el colapso monumental ocurrido este verano en el espacio aéreo español.
Las “caravanas” en las autopistas del cielo europeas se han traducido en un aumento significativo de los retrasos y de las cancelaciones en los vuelos en la mayoría de los aeropuertos, incluidos los españoles.
De hecho, los retrasos se producen, en un 80 %, en la fase de ruta -durante el vuelo del avión- y, el resto, en los aeropuertos y las terminales, según el balance veraniego que ha elaborado la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
El número de demoras debido a la gestión del tráfico aéreo en Europa ha aumentado un 60 % en los últimos 12 meses y por meteorología adversa un 123 %, añade el informe de ALA.
La industria área, que se encarga de que el 80 % de los turistas que llegan a España lo haga en avión, analiza con preocupación estos datos, a pesar de que el negocio sigue empujado por un viento de cola, aunque a ritmos de crecimiento más moderados.
Entre abril y agosto -la campaña de verano-, 128 millones de pasajeros aterrizaron en los aeropuertos españoles desde destinos extranjeros, una cifra récord y un 4,1 % mayor que en el mismo periodo de 2017.
Entre enero y agosto, en el conjunto de aeropuertos de la red de Aena se realizaron 231.499 movimientos de aeronaves, un 4,4 % más que en el mismo mes del año anterior.
En ese periodo se transportaron también 648.078 toneladas de carga, un 11,5 % más que en los mismos meses de 2017.
Solo en agosto, el mes veraniego por excelencia, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas “movió” 5.387.285 pasajeros, un 8,8 % más que el mismo mes del pasado año, lo que lo convirtió en el mejor mes de agosto de su historia.
Sin embargo, la puntualidad a la hora de despegar o aterrizar trae de cabeza a las aerolíneas y afecta a los aviones que tienen que tomar tierra en suelo español.
Si persiste este problema, ALA teme que los viajeros podrían perder paulatinamente el incentivo de volar a destino por la incomodidad de las esperas o cancelaciones en las terminales aeroportuarias.
El presidente de esta asociación, Javier Gándara, justifica tanto atasco aéreo en verano por la posición geográfica de España, ya que cualquier alteración operativa en el centro de Europa “provoca de forma inevitable” que los vuelos hacia o desde España se vean afectados.
Según un análisis de la plataforma online AirHelp, el número aproximado de pasajeros que han sufrido en España retrasos, cancelaciones o denegación de embarque en sus vuelos desde el 1 de julio al 31 de agosto de este año asciende a 642.000 personas.
En el verano de 2017, fueron 173.000 los pasajeros afectados por interrupciones graves en sus vuelos.
Los datos de ALA reflejan que los 25 primeros aeropuertos europeos tienen este año una media inferior al 70 % de operaciones en hora.
El aeropuerto de Barcelona, por ejemplo, ha sido de los más afectados este verano. La puntualidad de los vuelos, que despegaron o aterrizaron “on time” (con menos de 15 minutos de diferencia sobre la hora fijada), fue del 56 %. Solo dos aeropuertos presentaron cifras peores, el de Lisboa y Londres Stansted.
En el aeropuertos de Madrid-Barajas, ese porcentaje se situó en el entorno del 75 %.
ALA opina que en las demoras influyen de manera notable la escasez de carriles disponibles en el aire, la falta puntual de controladores y el impacto de los conflictos laborales.
Hasta que se haga realidad la solicitud de ALA de crear una “Mesa de Alto Nivel” tutelada por Fomento, para frenar el fenómeno de los atascos en estas “carreteras aéreas”, esta asociación está impulsando otras iniciativas: más aviones y tripulaciones de reserva, aviones en alquiler, un refuerzo en la atención al cliente y la automatización de procesos de gestión de las incidencias.