Globalia espera llegar a un pacto con Boeing ante la crisis del 737 MAX, cuyas operaciones y entregas se encuentran paralizadas desde mediados de marzo, después de que dos aviones de este modelo se estrellaran en menos de cinco meses, en Indonesia y Etiopía.
Air Europa, la división aérea de Globalia, encargó a Boeing 20 aviones 737 MAX 8 en 2015 y, además, para atender sus necesidades de crecimiento, iba a sumar ahora otras dos unidades más “en leasing”, fuera de esta compra, ha explicado su presidente, Juan José Hidalgo, que ha viajado a Ciudad de Panamá y Medellín (Colombia) con motivo de la inauguración de las rutas a ambas ciudades.
Estos dos primeros aparatos, pintados ya con la librea de la compañía española y que iban a llegar a su flota a finales del pasado mes de abril, están parados en la planta de entregas de Boeing en Seattle (Estados Unidos).
Ante esa situación y sin que se sepa cuándo van a volver a volar, Hidalgo ha destacado que le gustan más los pactos que los pleitos y se ha mostrado convencido de que, al final, su grupo llegará a un pacto con el fabricante estadounidense.
“Siempre he tenido pactos con los fabricantes, con Airbus en su momento y con Boeing, y también los más recientes con Rolls-Royce por los motores” de los aviones Dreamliner que deben ser revisado periódicamente por una normativa de la Administración de Aviación Federal de EEUU (FAA).
Hidalgo ha subrayado que mientras la FAA y el resto de autoridades reguladoras no den absoluta confianza al avión, “los operadores no podemos correr el riesgo de volar ese aparato y tenemos que estar a la expectativa”.
“Tenemos que tener seguridad absoluta de que estos aviones van a volar con todas las garantías cuando se realice el compromiso firme del pedido”, que hoy día el empresario considera paralizado.
Preguntado por la posibilidad de exigir una indemnización o reducir el pedido de 20 unidades si la crisis del 737 MAX se alargara, Hidalgo ha dicho que son muchos los interrogantes que impiden medir por el momento el daño que esta situación le va ocasionar a la compañía.
“Habría que reclamar una indemnización, ampliar los compromisos con los aviones que tiene la aerolínea y estudiar si se buscan otras alternativas, pero todo esto son incógnitas todavía y no podemos saber lo que va a pasar”, ha insistido.
Hidalgo ha reconocido que la crisis del 737 MAX “está haciendo daño” a la compañía, ya que, al contar este verano con dos aviones menos de lo previsto, ha tenido que retrasar la apertura de algunas de sus nuevas rutas como la de Iguazú (Argentina), que lo hará con dos meses de demora (el 1 de agosto) o las a Medellín y Panamá, esta última iba a empezar a operar en febrero.
Al no disponer a tiempo de nuevos aviones, la compañía se ha visto obligada a reprogramar su operativa y destinar aparatos más grandes a rutas de medio alcance, restando capacidad en las de larga distancia.
A la crisis del 737 MAX se suma la revisión obligatoria de los motores en su flota ‘Dreamliner’ (tanto del 787-8 como del 787-9), fabricados por Rolls-Royce, cada 80 vuelos, ya sean transatlánticas como a Canarias o Baleares, ha explicado el empresario.
A pesar de que “no implica nada en la seguridad”, los motores que están bien vuelven a volar otras 80 horas, pero aquellos que no pasan la revisión deben quedarse en tierra para cambiarlos.
Air Europa tiene doce aviones 787 (8 unidades del 787-8 y cuatro del 787-9), de los que dos están parados por la necesidad de realizar un cambio en los motores.
“Estamos teniendo dificultades” por la falta de disponibilidad por parte de Rolls-Royce de tantos motores como se necesitan, pero “hemos pactado con ellos porque no queremos juicios ni pleitos”.
Mientras tanto, la compañía dispone de tres aviones grandes en reserva al día, sin vuelos programados, para no tener que alquilar aeronaves a otras compañías si falla un motor.