Arabia Saudí ha anunciado la construcción de cuatro nuevos megaproyectos dedicados al entretenimiento por un valor de 23.000 millones de dólares, como parte de sus planes para modernizar el reino ultraconservador y abrirse al turismo.
Los cuatro megaproyectos se concentrarán en Riad y consistirán en museos y centros deportivos de proporciones faraónicas que no existían en el país tras cuatro décadas de restricciones por motivos religiosos, además de parques y jardines para aumentar las zonas verdes en esta ciudad enclavada en el desierto.
Los proyectos, aprobados por el rey Salman bin Abdelaziz, incluyen la construcción del parque Rey Salman que, con sus 13,4 kilómetros cuadrados, pretende convertirse en el más grande del mundo, según informó la agencia estatal SPA.
Ese parque incluirá todo tipo de instalaciones dedicadas al ocio, así como un jardín vertical y unas cataratas artificiales.
De la misma forma, se construirá un centro deportivo de 3,5 kilómetros cuadrados que incluirá establos, pabellones, pistas de atletismo, así como una exposición de arte interactiva que convertirá la capital en una “galería sin paredes”, de acuerdo con SPA.
El proyecto también contempla la plantación de siete millones y medio de árboles para aumentar el porcentaje de zonas verdes de Riad del 1,5 % al 9,1 %, según la misma fuente.
Con este incremento de la flora en el país desértico, el Gobierno saudí calcula que la temperatura ambiente de la capital se reducirá en dos grados para 2030.
Arabia Saudí apenas registra precipitaciones a lo largo del año, sus temperaturas mínimas anuales no descienden de los 9 grados y sus máximas alcanzan los 50 en verano.
Estos cuatro megaproyectos, que se empezarán a construir a mediados de este año, emplearán a alrededor de 70.000 saudíes y ofrecerán oportunidades de inversión por valor de 15.000 millones de dólares para inversores locales y extranjeros en el sector del entretenimiento, informó SPA.
El interés por el ocio y el entretenimiento de Arabia Saudí se enmarca en las políticas de “apertura” adoptadas por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, desde que accedió al cargo en junio de 2017, y con vista al año 2030, fecha en la que pretende que el país no sea tan dependiente del petróleo.