Bélgica tiene su propio festival de flores y es el segundo más grande del mundo: en su decimosexta edición, Floralia vuelve a rendir tributo a la primavera con un millón y medio de estas plantas en los jardines del castillo de Grand-Bigard (Flandes), a pocos minutos de Bruselas.
La estrella de este colorido festival son los tulipanes, con 500 variedades diferentes, por lo que no es de extrañar que la mayoría de sus bulbos provengan de Holanda, el mayor productor de este cultivo, explica a Efe Cedric Pelgrims de Bigard, uno de los organizadores del festival.
Los tulipanes no restan protagonismo a las ochenta variedades de narcisos o a la veintena de jacintos que visten los alrededores de este castillo, un monumento histórico de la arquitectura barroca belga que solo abre sus puertas al público durante la celebración del festival, del 6 de abril al 5 de mayo.
Pelgrims señala que las flores que más triunfan entre los visitantes, que suelen venir en familia -perro incluido-, son el tulipán papagayo, cuyos pétalos tienen bordes irregulares y suelen mezclar al menos dos colores, y la corona imperial, una planta bulbosa con capullos que miran hacia el suelo.
Además, el invernadero del castillo, recientemente restaurado, acoge una exhibición de 150 creaciones florales que se reponen cuidadosamente cada semana.
Como novedad, los jardines del castillo, que ocupan una superficie de 14 hectáreas, acogen este año una veintena de reproducciones de cuadros a tamaño real de Pieter Brueghel el Viejo que pueden descubrirse durante los paseos entre las flores, con motivo del 450 aniversario de la muerte del pintor flamenco.
Brueghel (1525/1530-1569) está considerado uno de los artistas más importantes de los Países Bajos Españoles en el siglo XVI. Poco se sabe sobre su vida: vivió en Amberes, viajó a Francia e Italia y se mudó a Bruselas después de casarse.
Durante su carrera, realizó unas cuarenta pinturas y setenta dibujos, y su arte es fruto del realismo flamenco y de la poesía popular, explican los organizadores.
“Brueghel vivió y trabajó en Bruselas y en los alrededores, por lo que pudo haber caminado por los jardines de este castillo. Conocemos un gran cuadro de él, “La parábola de los ciegos” (1568), en el que hay una iglesia que se encuentra muy cerca de este castillo”, afirma Pelgrims.
Si el año pasado pasearon por estos jardines más de 30.000 visitantes, los organizadores esperan que este año crezca ese número debido a la exposición de Brueghel.
El castillo de Grand-Bigard, situado a 7 kilómetros de Bruselas, fue construido en el siglo XVII y pertenece al Renacimiento Flamenco. El edificio principal está cimentado en ladrillo rojo, lo cual contrasta con la piedra blanca de las ventanas y el tejado de pizarra azul, una mezcla de colores en línea con la exposición floral.
La construcción está rodeada de un amplio foso de agua donde se reflejan las plantas que han florecido en primavera y árboles que cuentan con siglos de antigüedad.
Floralia fue una idea que tuvo la familia de Pelgrims, propietaria del castillo, hace dieciséis años con el objetivo recaudar dinero en la restauración del edificio.
“Tuvimos la idea de crear esta exposición para que la gente pueda venir a este lugar excepcional y que al mismo tiempo pueda contribuir a financiar una parte de la conservación y restauración de este monumento”, relata el organizador.
El festival y el castillo solo están abiertos un mes al año, pero desde otoño ya se están plantando los primeros bulbos, que florecerán en primavera.
Al término de la exposición, el manto florido que cubre los jardines del castillo se retira y se convierte en abono para que el ciclo comience de nuevo