La mayoría de las personas que habían comprado en internet billetes de la aerolínea de bajo coste Niki y que no pueden o han podido volar por la quiebra de la compañía, podrán obtener la devolución del monto de sus pasajes, informó la agencia austríaca APA.
Se trata de una excepción “feliz”, ya que, en principio, una empresa que se declara en bancarrota no está obligada a pagar sus deudas, si demuestra que no puede hacerlo, indicó a la agencia un portavoz del administrador judicial de la bancarrota de Niki.
Pero en este caso, el dinero de los billetes comprados a partir de mediados de agosto han sido ingresados por la también insolvente Air Berlin, a la que pertenecía Niki, en una cuenta de fideicomiso, añadió.
“El dinero pertenece a quienes compraron (billetes) en internet”, dijo la fuente, tras asegurar que la cuenta de fideicomiso no está afectada por la quiebra.
Con 21 aviones, Niki volaba desde Alemania, Austria y Suiza a diferentes destinos turísticos en España, Grecia, Portugal y otros lugares en el Mediterráneo.
Aunque tenía su propio sistema de reservas, la línea de bajo coste utilizó la infraestructura de Air Berlin, y el dinero de esas reservas está ahora disponible en la citada cuenta, un depósito de garantía.
La aerolínea austríaca -fundada en 2003 por el empresario y excampéon de Fórmula Uno Niki Lauda, que la dirigió antes de venderla después al grupo Air Berlin- se declaró ayer en quiebra y hoy dejó de operar.
El anuncio se produjo poco después de que la alemana Lufthansa informara de que no iba a adquirir a Niki, como tenía previsto en un principio, por las restricciones que le imponía la Comisión Europea debido a los riesgos de monopolio en algunas rutas.
El canciller en funciones de Austria, el socialdemócrata Christian Kern, dijo hoy que el Gobierno desea salvar la empresa y sus mil puestos de trabajo.
“Estamos hablando con el administrador judicial de la quiebra, también con la Comisión Europea, con potenciales interesados que estamos tratando de motivar (para que compren la aerolínea)”, dijo Kern en Bruselas, antes del inicio de la cumbre de líderes europeos.
“En un principio se trata de una empresa que puede sobrevivir”, agregó el canciller.