La localidad valenciana de Buñol celebra hoy la “batalla del tomate” más internacional, la Tomatina, que como cada último miércoles de agosto teñirá mañana las calles de esta población con 145.000 kilos de este fruto.
La cooperativa castellonense de La Llosa cargó ayer en siete camiones un total de 540 cajones con los miles de tomates de la variedad “pera roma” que se lanzarán en las calles de Buñol y que están “supermaduros” para que cuando se lancen nadie resulte dañado.
El gerente de la cooperativa, José Ramón Mechó, ha explicado que los tomates proceden de Xilxes, La Llosa, Moncófar, Almenara, Benicarló y Hellín, y que si no se utilizaran para la Tomatina se quedarían en el campo sin coger, porque no son válidos para la venta en fresco ni para conserva.
El concejal de la Tomatina, Rafael Pérez, explicó que ayer los vecinos procedieron a tapar con plásticos sus balcones y fachadas, de manera que esta noche quede todo “bien cerrado para que no entre el tomate”.
Todavía se pueden adquirir algunas de las últimas entradas de las 17.000 puestas a la venta, a las que se suman las 5.000 entradas gratuitas para los vecinos de Buñol, con lo que serán unas 22.000 personas las que podrán disfrutar de esta fiesta.
Entre las nacionalidades de las personas que han adquirido ya su entrada figuran españoles, ingleses, estadounidenses, franceses y australianos.
Entre las novedades de este año, figuran la instalación de “Puntos Violeta” contra las agresiones sexuales, y la puesta en marcha de una aplicación informática para dispositivos móviles, denominada “Tomatina&Go y basada en la realidad aumentada.
Más de 700 personas velan por la seguridad de la fiesta, entre Guardia Civil, Policía Nacional, la Autonómica y la Local, Protección civil, seguridad privada y voluntarios, que contarán con un helicóptero, un hospital de campaña, doce ambulancias y varias cámaras que vigilarán los enclaves más destacados.
La fiesta grande de Buñol ha estado precedida por la “Tomatina infantil”, que se celebró el pasado sábado con el lanzamiento de 8.000 kilos de tomates.
La Tomatina coincide con la fiesta del patrón de Buñol (San Luis Bertran) y sus orígenes se remontan al año 1945. Entre 1950 y 1957 fue prohibida por las autoridades, hasta que gracias a la demanda de los vecinos se reinstauró de forma oficial.
El pasado mes de octubre, la Comisión de Cultura del Congreso aprobó una propuesta del grupo parlamentario popular relativa a la candidatura de esta fiesta para ser incluida en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, una distinción de la que ya disfruta otra fiesta valenciana, las Fallas