Los principales iconos y activos turísticos de Australia, incluidos la Gran Barrera de Coral, el monolito Uluru, playas y estaciones de esquí, están amenazados por la intensificación del cambio climático, alertó hoy un informe.
El Consejo del Clima, un organismo independiente de expertos, indicó que estos espacios naturales sufrirán el impacto provocado por olas de calor extremo, el aumento de temperaturas y del nivel del mar, las inundaciones en el litoral y el blanqueo de corales.
La ecóloga y consejera Lesley Hughes dijo que entre los lugares más vulnerables se encuentran parques naturales, zonas con fauna autóctona y endémica, o la Gran Barrera, que en los dos últimos años ha padecido la muerte por blanqueo de sus corales.
“Los turistas cruzan el planeta para ver las extraordinarias maravillas naturales de Australia. Pero estas están en la línea de fuego climática por el empeoramiento de los episodios meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar”, dijo Hugues.
La experta aseguró que algunos destinos turísticos podrían convertirse en “zonas vedadas” en temporada alta, cuando las temperaturas pueden subir hasta los 50 grados en ciudades como Sídney o Melbourne.
Según el informe, estas dos ciudades y otras como Hobart, Cairns, Darwin o Adelaida se enfrentan a un aumento de la frecuencia de inundaciones en sus zonas de litoral, con crecidas del nivel del mar de medio metro.
El estudio también advierte de que el desierto rojo australiano, donde se encuentra Ulurú, registrará temperaturas de más de 35 grados durante más de cien días en 2030, y que el parque Kakadú, en el norte, perderá humedales de agua dulce por la crecida del mar.
En 2016, más de ocho millones de personas visitaron estos espacios naturales que generaron un volumen de negocio de 40.000 millones de dólares australianos (más de 31.000 millones de dólares).
“El cambio climático está provocando que unos de los sectores más valiosos y de crecimiento rápido esté amenazado”, indicó Hughes.
El Consejo urgió al gobierno australiano a tomar medidas para proteger sus atracciones naturales y al sector turístico, que emplea a más de 580.000 personas.