La ciudad de Córdoba solo tiene 483 plazas hoteleras más que las que dispone en viviendas con fines turísticos, las que se encuentran ubicadas en inmuebles de uso residencial, que conviven con residentes, que suponen ya el 44,49 por ciento de la capacidad de alojamiento turístico del municipio.
La oferta de plazas extrahoteleras (apartamentos, viviendas con fines turísticos, viviendas turísticas de alojamiento rural y casas y complejos rurales) supera por primera vez al de los establecimientos hoteleros en el conjunto de la provincia de Córdoba, con el 58,43 por ciento sobre las 24.226 totales, y también en la capital, con el 52,34 por ciento sobre las 7.974.
El autor del estudio que ofrece estas conclusiones, Antonio Ramos, consultor turístico y responsable de Adeitur, una empresa especializada en turismo y desarrollo local, cree que el hecho puede ser un elemento dinamizador de zonas del casco histórico de la capital y fomentar la rehabilitación de edificios ahora abandonados.
Ramos ha señalado a Efe que el crecimiento de las plazas extrahoteleras no afecta al grado de ocupación, “lo que quiere decir que no está perjudicando y que están llegando más turistas con varios perfiles de demanda”.
El presidente de la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Alejandro Navarro, considera, por contra, que este fenómeno afecta con claridad a un segmento muy concreto de hoteles.
Estos son los más alejados de la Judería, que es la zona central del casco histórico, y los que ofertan habitaciones cuádruples y familiares, unos factores, como son ubicación y precio, que sí tiene en cuenta el nuevo perfil que se ve atraído por las viviendas con fines turísticos.
Navarro asegura a Efe que se trata de “un perfil de turista que solo se mueve en este tipo de alojamiento” y reconoce que se trata de “un producto que ha llegado para quedarse” y que compite con la oferta hotelera.
El responsable del estudio, que se basa en el análisis de los datos del Registro de Turismo de Andalucía, no cree que “todo sean plazas nuevas”, sino que en parte se trate de un afloramiento de las que había en la economía sumergida, provocado por la regulación promovida por la Junta de Andalucía.
Esta situación también es puesta encima de la mesa por Aehcor, cuyo máximo responsable muestra la preocupación de la patronal por la falta de capacidad de la Administración a la hora de inspeccionar estas viviendas: “Un hotel de 150 habitaciones se inspecciona en una o dos visitas, mientras que para 150 unidades de viviendas con fines turísticos hacen faltan 150 visitas”, sentencia.
En todo caso, para Antonio Ramos, este fenómeno abre un abanico de posibilidades en el sector, tanto en la capital como en la provincia, aunque “es verdad que la oferta turística debe saber que hay que adaptarse a lo que este turismo tiene y crear turismo de ocio en esa línea”.
Solo la capital tiene trescientos lugares de interés susceptibles de ser objeto de explotación turística o de ser utilizados como recursos patrimoniales, según un trabajo que el laboratorio de ideas ‘Iniciativa Córdoba 20-30’ presentó a finales de julio pasado.