Después del paso feroz por Cuba del huracán Irma, que azotó sus principales polos turísticos, las instalaciones hoteleras del país están ya recuperadas para el inicio de la temporada alta, el 1 de noviembre, y confiadas en mantener el vital mercado canadiense, principal emisor de turistas a la isla.
Conscientes de la importancia de ese país, que aporta en torno al 25 % de los visitantes extranjeros -alrededor de un millón-, el propio ministro de Turismo, Manuel Marrero, visitó la semana pasada Toronto y Montreal para convencer a turoperadores y agencias de viajes del buen estado de su infraestructura turística.
Además de los numerosos daños materiales, Irma, el peor huracán que golpeó la isla en 80 años, provocó una caída del 50 % en la llegada de turistas en septiembre, ya que hubo miles de cancelaciones de viaje.
“Ya todo está bien. Los cubanos tienen mucha experiencia y se recuperan muy rápido de estas situaciones. Además el turismo es una fuente de ingresos muy importante”, afirmó a Efe Julie Forcier, representante de Transat, con base en Montreal, una de las principales turoperadoras canadienses con negocios en el Caribe.
Forcier -que participaba en un recorrido por instalaciones de la cadena Cubanacán por la isla- aseguró que Cuba es el destino predilecto de los canadienses que buscan en invierno el sol caribeño, pero que además se encuentran en la isla “como en casa” por el buen trato que reciben.
Las playas paradisiacas de la cayería norte (los cayos Santa María, Coco y Guillermo) -las más castigadas por Irma- están entre las favoritas de los canadienses, aunque en otros polos menos masificados como Santa Lucía, en la provincia de Camagüey (a unos 650 kilómetros de La Habana), el 70 % de los casi 300.000 turistas que recibe anualmente son canadienses.
Eva Guida, de Montreal, ha visitado Cuba treinta veces en doce años y la mitad de esos viajes han sido a Santa Lucía, destino en el que repiten el 40 % de los canadienses: “Me encanta Cuba, lo que más me gusta es la gente, son muy amables, son como familia”.
“Tenía mi reserva para pocas semanas después del paso del huracán pero no me importó. Vine porque sé que aquí se recuperan rápido y el hotel está ya en perfecto estado”, aseveró.
Para Mary Fahey, de Ottawa (Canadá), Santa Lucía es su segundo hogar, ya que ella y su marido se han hospedado 23 veces en el mismo complejo de ese polo, que visitan hasta tres veces al año porque se sienten “seguros y tranquilos” y es más barato que los cayos y Varadero.
Agentes de viajes y turistas de Canadá destacan la “seguridad” como uno de los principales atractivos de Cuba como destino, a pesar de la reciente alerta de viaje emitida por el Gobierno de EEUU debido a los supuestos “ataques acústicos” en suelo cubano que afectaron a la salud de una veintena de sus diplomáticos y ciudadanos, y también a varios canadienses.
“He escuchado algo sobre esos ataques, pero no es algo que me preocupe y no creo que eso vaya a afectar al hecho de que los canadienses sigan viniendo a Cuba”, señaló Fahey.
La representante de Transat también opina que los canadienses no van a hacer caso de esa advertencia porque llevan años pasando sus vacaciones en Cuba, un lugar en el que se sienten seguros.
A 120 kilómetros, en la ciudad patrimonial de Camagüey, donde los estadounidenses representan el 60 % de las pernoctaciones en los hoteles de la ciudad, “se ha notado en las últimas semanas un declive en la llegada de estos visitantes, aunque poco a poco se van recuperando”, contó a Efe Juan José Díaz, director general de los hoteles de Cubanacán en el casco histórico de esa ciudad, el mayor de Cuba.
“Cuando hablas con los clientes estadounidenses te das cuenta de que se van de aquí con un nivel de satisfacción muy alto. Disfrutan mucho las visitas culturales y los programas de contacto con el pueblo cubano que realizan”, explicó.
Por las calles de esa ciudad, el estadounidense Rick Bronson, de Oregon, asegura que esa alerta de viaje es una “gran mentira” del Gobierno de su país y confiesa que Cuba, adonde ha viajado siete veces ya, es uno de los lugares del mundo en los que más seguro se siente.
“Nos sentimos aquí muy seguros. Estamos muy disgustados con la actitud de nuestro Gobierno. Esperamos que la relación entre Cuba y EEUU continúe y crezca”, indicó a Efe Mike Stabler, de Michigan.
La isla espera superar este año los 4,7 millones de visitantes y mantener el turismo como una de sus principales fuentes de ingresos en divisas en un momento de recesión económica.
EFE