EFE
Tres días después de que el huracán Irma se ensañara con Cuba y con los enormes daños aún por cuantificar, la isla se esfuerza por recuperar la normalidad lastrada por la falta de electricidad, mientras despide a miles de turistas a los que el ciclón dejó varados en el país.
Las calles de La Habana y de las zonas de la costa norte barridas por Irma el pasado fin de semana han sido tomadas por brigadas de operarios estatales que retiran escombros, enderezan postes y semáforos y se abren paso a machetazos entre muros de vegetación y enormes árboles derribados.
El huracán, que embistió la isla con categoría 5 y causó diez muertos, obligó a evacuar a 1,7 millones de personas, de las que cientos aún no han podido regresar a sus casas.
Incluso “glorias nacionales del deporte” -así se les conoce en Cuba- como el saltador Javier Sotomayor o el corredor Alberto Juantorena se han unido en las calles a la campaña de recuperación.
La prioridad, subrayada por el presidente Raúl Castro, es restablecer cuanto antes el suministro eléctrico.
La furia de Irma provocó un “cero total del sistema” energético nacional porque la mayoría de las centrales termoeléctricas de la isla, que cubren el 74 % de la demanda, están en el litoral norte, en la senda que siguió el huracán, explicó el director técnico de la Unión Eléctrica de Cuba, Lázaro Guerra, citado por medios estatales.
En las seis provincias orientales ya se ha restablecido el servicio, pero en el centro y occidente aún hay grandes zonas sin electricidad, entre ellas varios barrios de La Habana donde la caída de árboles rompió incontables cables y postes.
Las autoridades también hacen hincapié en medidas para evitar la propagación de enfermedades por contaminación del agua y por la potencial proliferación, tras las intensas lluvias, de focos de mosquitos Aedes aegypti, vector transmisor de enfermedades como el dengue y el zika.
El Ministerio de Salud Pública evalúa la calidad del suministro de agua y ha recomendado a la población emplear hipoclorito de sodio para potabilizar la que vayan a consumir o hervirla, así como desinfectar los alimentos y cocinar las carnes a más de 70 grados.
Se trata de extremar las medidas higiénicas para evitar epidemias, dijo en la televisión estatal Yaneris López, responsable de Salud Ambiental.
Los colegios, de los que 1.400 fueron afectados por el ciclón, reabrirán esta semana.
En algunas provincias, como la central Ciego de Ávila, se reanudó la venta de alimentos en los mercados agropecuarios, aunque es previsible que los problemas de abastecimiento se den más adelante debido a los daños del ciclón sobre las tierras agrícolas.
Un informe preliminar del Ministerio de la Agricultura habla de graves daños en “instalaciones pecuarias, molinos a viento, cultivos y ganado menor”.
Se perdieron más de 71.000 aves, hay dañadas unas 5.000 hectáreas de cultivos y los perjuicios se extienden al tabaco, uno de los principales productos de exportación de Cuba.
El sector turístico prepara la temporada alta
Otro de los sectores más afectados, el del turismo, también se esfuerza a contrarreloj por ponerse en pie tras el paso de Irma, que provocó cuantiosos daños en los hoteles y un aeropuerto de los cayos de la costa norte (Cayo Santa María y Cayo Coco), y también afectó -aunque menos de lo esperado- al principal balneario de la isla, Varadero.
El ministro de Turismo, Manuel Marrero, ha asegurado que el sector estará listo para el inicio de la temporada alta en noviembre, algo crucial para el país porque el turismo es su segunda fuente de divisas.
Pero hoy, con la reapertura de los aeropuertos de La Habana y Varadero después de tres días cerrados, eran más los turistas que querían marcharse de Cuba que los que llegaban.
La llegada de Irma sorprendió en la isla a miles de visitantes, que tras ser evacuados de lugares de riesgo como los cayos y los hoteles de la costa habanera han debido esperar a que la situación mejorara para poder volver a casa y quitarse el susto del cuerpo.
En el aeropuerto José Martí de La Habana se vieron hoy grandes colas. Algunas aerolíneas como la española Air Europa enviaron un avión adicional para poder trasladar a más viajeros mientras otras debieron capear el enfado de los clientes ante la cancelación de vuelos.
“Cuando más estoy deseando volver a España en mi vida y es cuando más voy a tardar en llegar”, lamentaba en el lugar un español llamado Alejandro, que aún no sabía cuándo saldría su vuelo.
La única buena noticia que dejó Irma a su paso por Cuba fue que palió la fuerte sequía que acuciaba a la isla, cuyos embalses han aumentado las reservas en 1.775 millones de metros cúbicos.