Los espetos de sardinas son unos de los manjares del verano. Tal es su sabor que la UNESCO lo ha propuesto recientemente para el nombramiento de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En Málaga múltiples chiringuitos compiten por ofrecer este plato tan deseado.
Con el verano llega también una gastronomía más fresca y saludable. Son muchos los platos que bien por ser fríos o simplemente por usar productos de temporada se sirven principalmente en los meses estivales.
Pero en los últimos años hay uno que ha ido creciendo en popularidad y que conocen muy bien en la provincia de Málaga, se trata de los espetos de sardinas. La preparación es aparentemente sencilla pero tiene su truco.
Tal es su sabor que la UNESCO lo ha propuesto recientemente para el nombramiento de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En Málaga múltiples chiringuitos compiten por ofrecer este plato tan deseado.
Unos trucos que han ido transmitiéndose desde que el espetero Miguel Martínez comenzó a espetar este pescado en cañas en la arena. La popularidad se la dio el rey Alfonso XII que tuvo la oportunidad de probarlas durante una visita a la ciudad.
Básicamente consiste en clavar en una caña unas 6 sardinas (dependiendo de su tamaño) y cocinarlas a la brasa utilizando barcas en la orilla de las playas, siguiendo la tradición de fenicios, romanos y árabes.
La madera utilizada es de olivo u almendro y hay que tener en cuenta el viento que haga ese día para que el trayecto del humo no influya en el sabor pudiendo amargarlas.
Los sitios para probar este manjar son muchos pero vamos a daros algunas pistas para facilitaros la labor.
El antiguo barrio de pescadores en la Playa del Pedregalejo en la que encontramos un buen número de establecimientos que los sirven, podemos mencionar El Caleño, un clásico de la zona con muy buena materia prima.
Merece la pena también visitar el chiringuito más antiguo de Málaga, El Lirio en cuya vitrina podremos ver la variedad de pescado que pueden espetarnos.
La competencia en los últimos años ha hecho que el precio del espeto sea más que apetecible y puedes encontrarlo por tres euros en muchos sitios.
Continuamos este paseo por la Playa del Palo muy popular y en la que también abundan los chiringuitos. Uno de ellos es El Tintero, que además utiliza un sistema curioso. Continuamente van saliendo platos y platos de pescado y marisco y si el cliente lo quiere debe detener al camarero a su paso por la mesa mientras este “canta” el producto que lleva. Un lugar animado y ruidoso para disfrutar de sus espetos.
En el Paseo Marítimo Antonio Banderas se encuentra el Chiringuito María especializado en pescados al espeto y que cuenta con más de 60 años de tradición. No es económico pero tampoco puede calificarse como caro teniendo en cuenta su calidad.
Un debate encendido
En los últimos años se ha producido un debate ante la aparición de los espetos realizados con varas de acero inoxidable en lugar de caña. Puede parecer un tema menor pero ya se han realizado estudios sobre como afecta a su sabor mientras que la Asociación de Empresarios de Playa asegura que utilizar acero inoxidable hace que la sardina “no se ase si no se cueza”.
Esta misma asociación aboga por homogeneizar la imagen de cara al mencionado nombramiento propuesto por la UNESCO.
También ponen de manifiesto el gran valor que tiene etnológicamente la creación de la caña de espetos, cortarla, limarla…
Después de cada uso este utensilio se mete en agua con lejía y se friegan garantizando la higiene por lo que la gran mayoría de los espeteros no creen que el motivo de la higiene esté justificado para cambiar el método. Independientemente del método que se utilice está claro que los espetos de sardinas están más de moda que nunca y conseguir el nombramiento de la UNESCO (el resultado se conocerá en unos meses) no hará más que multiplicar su fama. Salud.