Aunque Nueva York probablemente sea la peor ciudad para guardar un secreto. Todavía existen lugares que conservan ese aire secreto que destila el aire de los bares clandestinos o speakeasies de épocas pasada. Hoy día algunos de estos speakeasies son de las mejores coctelerías de la ciudad, ya tan poco secretos, que si quieres mesa, será mejor que reserves, sobre todo en fin de semana. Pero te aseguramos que lo que encontrarás detrás de la puerta invisible o las escaleras escondidas, merecerá la pena.
Cuando la Ley Volstead o la Enmienda 18 de 1919 prohibió la fabricación, consumo, venta o transporte de alcohol en los Esatdos Unidos, empezaron a surgir rutas de importación, que introducía en el país alcohol. Además, surgieron por las ciudades bares clandestinos donde se consumía todo ese alcohol y se vivió la época más loca del siglo XX. Pocos bares clandestinos quedan ya de aquella época en Nueva York. Pero todos los de esta lista conservan su esencia e intentan mantenerse ocultos tras barberías, cafeterías o tienda de perritos calientes…
BATHTUB GIN – 132 9th Avenue (Chelsea)
Lo mismo has pasado mil veces por delante y jamás te has dado cuenta. La tapadera de este speakeasy es una monísima cafetería de Chelsea, Stone Street Company, en la que seguramente verás al camarero y a dos personas de pie, sin beber café, si entras y les preguntas por el bar, te abrirán una puerta camuflada en el papel de pared, invisible.
Dentro, vuelves a los años 20 del siglo pasado, cuando en los bares clandestinos se bebía principalmente ginebra casera, por eso este nuevo speakeasy está especializado en cócteles de ginebra, aunque también de la bebida que le pidas al coctelero estrella John McCarthy y sus camareros. Y en medio del bar, la bañera del nombre. Un par de días a la semana hay espectáculo de burlesque (sí, por eso las camareras parecen las mejores amigas de Dita Von Teese). En el servicio, con colonia, crema, te secan hasta las manos. Lujo escondido.
PLEASE DON´T TELL – St. Marks Place (East Village)
Un clásico oculto ya, porque nadie ha hecho caso a su nombre. Y nosotros tampoco. Para encontrarlo busca la salchicha gigante, ésa que dice “Eat me” (“Cómeme”), entrarás en Crif Dogs, un bar especializado en perritos calientes. Prueba uno y sigue hasta el fondo. ¿Ves el teléfono antiguo?
Descuelga, marca uno y espera a que contesten. Dentro, un elegante bar de sillones de cuero, ladrillo visto y animales disecados que observan a la clientela bebiendo algunos de los sabrosos y originales cócteles, como el Old Fashioned con infusión de bacon, el trago con leche de cereales de Momofuku, o, muy era Ley Seca, el Cutty Sark Prohibition, que celebra la época de la Ley Seca, con pera…
DEATH & CO – 433 E 6th St (Lower East Side)
Durante los años duros de la Ley Seca se decía que una vida con alcohol estaba ensombrecida por la muerte. De ahí el nombre de estespeakeasy, Death & Co (Muerte y Cía) que no tiene ninguna tapadera, sólo una entrada oscura, sin nombre en la que encontrarás al portero. Pregúntale, si hay sitio, te dejará entrar; si no hay, te pedirá el teléfono y te llamará cuando haya algo disponible. No hay reservas. Así mantienen su secretismo y exclusividad. Y merece la pena.
Probablemente, su carta de cócteles creados por Jillian Vose sea una de las mejores de la ciudad. Prueba también a pedirles sugerencias a los camareros. Y, por supuesto, prueba sus palomitas o las patatas fritas con queso azul y cebolleta. Una combinación perfecta.
APOTHÉKE – 9 Doyers St, Chinatown
Por fuera es un restaurante más de las decenas que hay por todo Chinatown. Cutre. Gold Flower Restaurant se llama. Y sólo un pequeño cartel que dice “Chemists” te confirmará que estás en el lugar adecuado. Bueno, eso y los fines de semana especialmente la gente alrededor de la entrada (como cualquiera de estos bares, el momento es un día entre semana). Pasada la tapadera, entras en… una farmacia.
Una farmacia que es un bar. Los camareros llevan batas blancas y la carta está dividida en tipos de ‘medicinas’. Lo suyo es ir a Apothéke los miércoles cuando hacen el Prohibition Day con jazz en directo. Para entrar ese día, debes escribirles un email y ellos te contestarán con la contraseña. Si Apothéke está muy lleno, justo al lado está La Pulqueria (11 Doyers St.) bajando unas escaleras te encuentras con una de las mejores mezcalería y tequilerías de la ciudad.
THE BLIND BARBER– 339 E 10th St (Alphabet City)
Como aquella barbería en la que El gran Gatsby entrada para acabar en un club. Las barberías como los bares eran aquellos sitios de barrio en los que los vecinos se reunían y se sentían arropados. Este speakeasy(con otra sede en Los Ángeles) ha unido los dos conceptos.
La entrada es la peluquería abierta y activa, al fondo, la puerta que te lleva al elegante bar con sillones de cuero y una bonita biblioteca. Te puedes cortar el pelo y afeitar antes o después de probar sus deliciosos cócteles.
THE BACK ROOM – 102 Norfolk Street (Lower East Side)
Sino hay un tipo con pinta de gorilón en la puerta, busca delante de una verja un cartel que dice “The Lower East Side Toy Company”, ábrela, baja las escaleras y atraviesa el sucio callejón, sube unas escaleras y empuja una puerta negra.
Al abrirlas, entrarás en otro siglo: sofás de terciopelo rojo, chimenea, madera y gente (mucha en las horas punta) bebiendo cócteles en tazas o con botellas de cerveza metidas en bolsas de papel. Como se hacía en la Ley Seca. Por algo es uno de los dos speakeasies que estaba abierto entonces. Precios más asequibles que otros speakeasies (cerveza desde 6$). Fíjate en los camareros salir y entrar a través de una puerta biblioteca.