Es lo primero que miras por las mañanas y lo último que repasas antes de entregarte a los brazos de Morfeo. Da igual que estés en el campo, la playa, la piscina, el supermercado o en el podólogo. Estás/estamos enganchados al móvil, a internet, a las zonas con wifi, a las redes sociales… Tenemos una dependencia de la tecnología enorme, es un hecho. Es la madre de las adicciones de nuestro tiempo y pueden conllevar una serie de problemas psicológicos e incluso físicos. Así que ya va siendo hora de hacer un détox digital y darte un pequeño respiro.
Has salido de casa y te has echado mano al bolsillo y no has notado el teléfono. El pulso se te acelera. Te cacheas con extrema velocidad. No está en ninguna parte. Sudor frío. Te sientes mutilado. Parece que fueras desnudo por la calle. Te palpas el bolsillo trasero de nuevo. Ahí está… Pulso y temperatura vuelven a sus valores normales. Todo está bien.
Este episodio es de lo más normal en nuestro tiempo. Una dependencia de lo más real que nos impide separarnos unos metros del teléfono móvil. Tenemos que estar inmersos en Internet y en las redes sociales constantemente.
El mundo digital se ha convertido en lo más importante. Tener mensajes sin leer en alguno de os grupos de WhatsApp que llevamos adelante es casi pecado.
Las redes sociales, tres cuartos de lo mismo. Notificación que entra, contenido que debe ser revisado. Y no digamos el estrés de comprobar los likes y visualizaciones de nuestra última foto subida a redes. Un repaso de las filias que se han producido a nuestra imagen que puede determinar si tienes un buen día o un día nefasto en lo emocional. El ego es lo primero…
Todo junto parece una dependencia algo siniestra, casi salida de un capítulo de Black Mirror, pero es la realidad. Es necesario desconectar por completo y realizar una total desintoxicación digital para recuperar, en cierto modo, el control de tu vida.
Estamos convencidos que te generará ansiedad, pero aquí van algunos consejos para realizar con éxito un détox digital con ciertas garantías… De nada.
Pon fecha de inicio y final al détox digital
Para que tu cerebro no explote por completo, lo ideal es que lo realices durante un periodo vacacional. De esta forma te quitas parte del estrés del enganche al correo del trabajo, grupos de chat, etc…
Lo mínimo deben ser tres días, pero recomendamos al menos un semana para poder sustituir esos hábitos por otros comportamientos no digitales.
Fija horas para el desenganche
Aunque estés en un détox tecnológico tienes obligaciones, familia, etc. Tampoco te queremos llevar de vuelta a la edad media, así que establece unos horarios muy limitados para mirar correos imprescindibles y temas vitales en redes sociales.
Recomendamos como mínimo un apagón digital diario de 5 o 6 horas. Sé fuerte y apaga los dispositivos o ponlos en modo avión.
No te transformes en Hulk
La ansiedad tocará a tu puerta, incluso te pondrás algo irascible durante los primeros días. Es normal tener una tentación potente a mirar el teléfono, así como enfadarte y ponerte un poco verde con aquel que ose interponerse entre tus dispositivos electrónicos y tú…
Pero respira profundamente y piensa que estás haciendo algo beneficioso para tu salud física y mental. Tus cervicales y tu túnel carpiano te lo agradecerán en lo físico.
Busca compinches
Intenta no quedarte solo en semejante marrón. Si puedes reclutar a amigos y familiares en tu plan de détox digital, tendrás muchas más posibilidades de tener éxito.
Así podrás coordinar con los que más quieres y tratas en tu día a día tus horarios de desconexión. Si consiguen que sean mutuos todo fluirá con más facilidad.
Es una buena forma de evitar preocupaciones y sustos cuando te encuentres ilocalizable durante un número de horas al día. La unión hace la fuerza…
Vuelve a tener aficiones
Desempolva la guitarra con el libro de tablatura de tu grupo preferido. Sal con la bicicleta, a caminar, a hacer yoga al parque…
Hay un gran abanico de posibilidades fuera de la red. Es cierto que el mundo digital se ha inmiscuido en estas actividades, pero se puede tocar la guitarra sin descargar tabs, o correr sin medir la distancia y el ritmo cardiaco con tu smartwatch e incluso salir a de tapas con amigos sin retransmitirlo por Instagram. Sí, suena muy loco, pero se puede…
Durante las comidas el móvil al cajón
Es básico que durante esos espacios de tiempo el móvil no esté encima de la mesa, junto a los cubiertos y la servilleta. Da igual que comas solo, no es excusa. Te pones a leer el periódico en papel, que aún existen.
Y me dirás, “es que puedo leer la prensa en mi móvil y así ahorramos papel”. Sí, tienes razón, pero después te harás una batida por Twitter, Facebook, Instagram… y lo sabes.
Si tienes hijos, es letal que te vean comiendo con el móvil encima de la mesa. Diles después que se coman el potito sin ver a Pocoyó en la Tablet…
Las aplicaciones que utilizas de higos a brevas a la papelera
Antes de comenzar el détox digital haz un examen de conciencia sobre las apps que tienes instaladas. Todas aquellas que no sean muy útiles deben ser desinstaladas.
Así evitarás que el paseo por las apps sea más corto, así como recibir notificaciones innecesarias que pueda volver a atraer tu atención sobre la pantalla.
También será muy útil la desactivación de señales sonoras, visuales, ventanas emergentes y demás para que consultes y mires con menos asiduidad la pantalla.
El móvil al cajón
Parece una obviedad, pero no tener el objeto de la tentación a la vista es muy útil para el desenganche.
Así que lo metes en un cajón, le pones unos papales encima para que parezca enterrado y no sea lo primero que ves si allí también tienes guardada la cubertería.
Otra opción más radical es que le des tu Smartphone a otra persona durante el détox digital. Así de entrada suena muy a tragedia griega, pero es la mejor forma de garantizar que cumples con todo.
Buena suerte al que lo intente y que la fuerza os acompañe…