En Ciudad del Cabo es la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica tras Johannesburgo, y ostenta el poder legislativo del país, además de ser una de las llamadas 3 ciudades globales o de clase mundial de África.
Pero Ciudad del Cabo es también el destino turístico más popular de África, muy conocida por diversos atractivos naturales como su rica biodiversidad de flora, o geográficos como la Montaña de la Mesa o Punta del Cabo, pero sobre todos culturales, entre los que se encuentra sin duda una festividad de gran color y alegría, el Festival Kaapse Klopse.
La celebración se lleva a cabo todos los años el 2 de enero en las calles de Ciudad del Cabo, inundando de contrastes y colorido las calles del barrio de Bo-Kaap a través de un animado desfile de cientos de personas que transcurre desde el distrito seis hasta el centro de la ciudad.
Sus vecinos, participan marchando por sus calles tocando instrumentos musicales, bailando de forma alegre y cantando durante el Tweede Nuwe Jaar o “Segundo Año Nuevo”. Esta manifestación artística forma parte de las tradiciones más antiguas de Ciudad del Cabo y está impregnada de historia y cultura, puesto que se remonta a la época colonial de Sudáfrica.
El festival proporciona una gran oportunidad a los bailarines, músicos y malabaristas participantes para que muestren su talento durante el desfile. Los tambores son protagonistas juntos a otros instrumentos como el violín y el banjo de las melodías étnicas que interpretan quienes desfilan. Las coloridas vestimentas de brillantes y vivos colores son otra de las características propias de esta festividad que cada año atrae a miles de espectadores a Ciudad del Cabo.
Un origen para conmemorar
Aunque la primera festividad data del año 1890, su origen es muy anterior, remontándose a la época colonial de la esclavitud. En Ciudad del Cabo, a mediados del siglo XIX los colonizadores holandeses permitieron por primera vez a sus esclavos sus celebraciones de año nuevo ofreciéndoles el día 2 de enero libre y, más adelante, una vez se abolió la esclavitud en Sudáfrica en 1834, el Tweede Nuwe Jaar pasó a ser una conmemoración de la libertad, en la que los protagonistas eran animados pasacalles llenos de música y baile.
Aquellos esclavos liberados y sus descendientes formaron bandas de baile que tocaban inicialmente temas más europeos, procedentes de sus patrones, pero que con el paso de los años enriquecieron con otros cánticos criollos que mezclaban instrumentos y melodías orientales y europeas.
Hoy por hoy, el evento significa un recuerdo de sus orígenes, una conmemoración de la libertad pero también una forma de inclusión de sus participantes, que a través de las comparsas fomentan la cohesión social y la integración al provenir muchos de ellos de entornos desfavorecidos.