Dormir en una yurta, pasar unos días de vacaciones en la casa de un árbol, reservar cama en una choza o disfrutar de la naturaleza en una caravana anclada a tierra son algunas de las ofertas estrella del “glamping”, un turismo especializado y en alza que lidera una firma con sede en Andalucía.
Un turismo primitivo diferenciaba entre amantes del mar o de la montaña, viajeros rurales o de ciudad, de hotel o de tienda de campaña, una disyuntiva esta última que en ocasiones estaba solo marcada por las posibilidades económicas.
Pero al mundo le dio por hacer fusiones y llegó con fuerza el “glamping”, una tendencia que nació en California (Estados Unidos) inspirada por el movimiento “hippie chic” y que materializa la mezcla de las dos palabras que la forman: glamur y campin.
“Es la tendencia de alojarse en un sitio único, alojamientos muy peculiares que tienen que tener acceso a la naturaleza, el confort de un hotel con buenas camas, baños y servicios, y ofrecer una experiencia única”, ha explicado a Efe Talal Benjelloun, cofundador de glampinghub.
Glampinghub.com nació en el 2014 como web de reservas especializadas en este nuevo sector que echa raíces en España y desde entonces, con una cartera de 35.000 alojamientos en noventa países, se ha convertido en líder de este turismo que busca un destino único para disfrutar de las vacaciones.
Benjelloun gestiona desde Sevilla las consultas, reservas y alojamientos de esta firma asentada en Andalucía, porque son “una empresa española”, país en el que ofrecen unos 300 alojamientos peculiares.
La mayoría de sus clientes reservan chozas, cuevas, caravanas o cortijos desde Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, aunque este “glamping” gana cada vez más seguidores en Europa y Asia.
Las condiciones para que el caserío o la cueva del abuelo puedan convertirse en alojamientos “glamping” pasan por ofrecer un entorno natural que facilite el descanso activo, comodidades y representar “la diferencia”.
“No es el campin de toda la vida más caro”, resume el cofundador de glampinghub.com, que recalca el crecimiento exponencial de la demanda de yurtas, caravanas o tipis en España de turistas mayoritariamente internacionales que quieren visitar el país de manera distinta, una tendencia que gana también seguidores locales.
El coste medio de la reserva por persona y noche de un alojamiento “glamping” es de cien euros, depende de la temporada y puede ascender hasta los 2.500 euros por noche.
“Cuando los niños eran chicos íbamos de campin, pero del de dormir en el suelo y morir de calor, y ahora buscamos esta nueva tendencia para volver a disfrutar de vacaciones con los hijos y sumar a los nietos”, han explicado a Efe Antonio Ruiz y Amanda Giménez, una pareja que bucea para elegir entre la oferta de yurtas de Barbate (Cádiz) o Málaga.
Las opciones andaluzas ofrecen además el fresco de dormir en un cueva de Granada, una casa domótica con ducha viendo el mar en Tarifa, cabañas ecológicas, graneros, tipis con vistas a Sierra Nevada o una tienda de campaña con forma de campana y con capacidad para cinco personas en Marbella.
Andalucía lidera la oferta de alojamientos “glamping”, aunque este nuevo mercado nacional permite también dormir en una cabaña perdida en un bosque catalán, en molinos restaurados en las Rías Altas gallegas o en un campamento rehabilitado de Extremadura.
Otra opción recién estrenada y sin salir de Andalucía está en el desierto de Gorafe (Granada) y permite vivir las comodidades de una casa de 20 metros cuadrados hecha sobre una base de madera y completamente acristalada y aclimatada, literalmente plantada en mitad de la nada, que acerca un cielo preñado de miles de estrellas.
Y es que pasar unos días en el desierto forma parte de ese nuevo turismo en el que el lujo puede estar en una tienda de campaña.