Veinticuatro legiones romanas, tribus y clanes cántabros luchan año tras año por conquistar el pueblo de Los Corrales de Buelna, que lleva 19 ediciones luciendo los colores del fuego, las pieles y la sangre para recrear las Guerras Cántabras y acercar a la población del siglo XXI la historia antigua.
Unos 400 vecinos de este municipio cántabro se lanzaron hace casi un cuarto de siglo a recordar los históricos enfrentamientos que durante años mantuvieron en ‘Guerra’ el norte de España por la lucha de unos pocos cántabros y astures contra las inmensas tropas romanas del emperador Cesar Augusto.
Lo que iba a ser un “largo fin de semana de fiesta” de amigos y conocidos, pasó a ser un evento con gran aceptación y éxito de público que ha llegado a convertirse este año en Fiesta de Interés Turístico Internacional.
En la actualidad, cerca de 1.500 personas protagonizan esta recreación histórica.
“Desde 2008 hasta hoy ha ido bajando un poco el número porque la crisis nos ha afectado a todos y lo primero que se quita en un Ayuntamiento son las fiestas, pero a pesar de ello hemos aguantado bastante bien”, explica a Efe el presidente de la Asociación de las Guerras Cántabras (Aguecan), Óscar del Val.
Y, sobre todo, resalta que los miembros de esta asociación han logrado que esta recreación de los hechos ocurridos hace más de dos mil años y que son conocidos por fuentes clásico-romanas como las Guerras Astur-Cántabras, se haya convertido en Fiesta de Interés Turístico Internacional.
“Es más un reconocimiento que un título, con esto se ve el esfuerzo que hacemos y se valora de verdad. Es un orgullo para todos los festeros y ahora trabajamos con más ilusión y esmero porque sabemos que nos está mirando mucha gente y eso nos motiva aún más”, enfatiza Del Val.
Sin embargo, reconoce que esa reciente distinción -concedida el pasado 31 de mayo- les ha pillado “algo a contratiempo” para la actual edición, que comienza el 23 de agosto y en la que habrá un guiño especial para recordar que desde este 2019 las Guerras Cántabras son evento internacional.
Con los protagonistas de esta fiesta, dos historiadores y una directora artística trabajan en cada recreación, de la que disfrutan cada año miles de ciudadanos de todo el mundo para conocer algo más de unas batallas históricas.
Su organizador, Aguecan, dirige los 24 grupos de intérpretes de estas Guerras Cántabras, que actúan de forma autónoma, aunque cada uno con una tarea asignada. Unos hacen limpieza, otros se encargan de la guardia y cada uno organiza un acto de las decenas que se desarrollan durante más de una semana.
La asociación coordina todo: se encarga de las infraestructuras generales como la instalación del campamento en el que conviven cántabros y romanos, la colocación de los monumentos o la construcción del circo donde se hacen las representaciones.
Cada legión, tribu y clan eligió su vestimenta cuando comenzó hace 19 años esta fiesta, pero con el paso del tiempo y la incorporación de los asesores históricos, los trajes han ido evolucionando y todos se han adaptado a los modelos más fidedignos de la época, siempre teniendo en cuenta y dando la imagen de lo que son y representan.
La vestimenta hace las representaciones más reales, pero los protagonistas no son los trajes, sino los festeros que encarnan los personajes de las Guerras Astur-Cántabras.
No ser actor, pertenecer a Aguecan y ser festero, son las condiciones para subirse a los escenarios que las Guerras Cántabras ubican por todo el pueblo para recordar al héroe cántabro Corocotta, al general romano Agripa, o al emperador César Augusto.