El ferrocarril cumple este domingo su 170 aniversario en España, una apuesta que arrancó el 28 de octubre de 1848 con la inauguración oficial de la línea Barcelona-Mataró y que ha situado al país como la segunda potencia mundial en kilómetros de alta velocidad, solo superado por China.
Con su puesta en marcha, gracias a un proyecto impulsado por el empresario español Miquel Biada, el ferrocarril contribuyó a facilitar el crecimiento y la prosperidad del Maresme y en su primer año alcanzó la cifra de 675.000 viajeros, según datos de Renfe.
En 1865 ya se habían construido 780 kilómetros de vías en Cataluña y en 1905 se consideraba completa la red, que enlaza las cuatro capitales catalanas y conecta con Valencia y Zaragoza, llegando, también, a la frontera de Portbou.
Para la construcción de la línea, se adquirió en Inglaterra todo el material de hierro necesario y cuatro locomotoras, 62 vagones de pasajeros, 30 de mercancías y dos especiales para transporte de gran volumen. Por su parte, la madera para las traviesas vino de Rusia, mientras que las estaciones se encargaban a constructores del país para abaratar los costes.
El trazado original de la línea era de 28,4 km, y la duración del trayecto -sin paradas- de 35 minutos a una velocidad media de 47 km/h. El túnel de Montgat, de 135 metros, o el puente sobre el río Besós fueron algunas de las obras más importantes que se llevaron a cabo para hacer realidad esta infraestructura.
Este hito supuso para España el comienzo de la industria ferroviaria, que se materializó en cuatro grandes compañías privadas (Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, Compañía del Ferrocarril Madrid, Zaragoza y Alicante, Compañía de los Ferrocarriles Andaluces y Compañía de los Ferrocarriles del Oeste de España) que sumaban casi 100.000 empleados a finales de 1930.
Tras la Guerra Civil, y la creación de Renfe en 1941, el Estado pasó a ser propietario de las infraestructuras y gestor de la operación ferroviaria.
Sin embargo, no fue hasta finales de la década de 1980 y comienzos de los 90 cuando España dio un salto al apostar por la actividad de alta velocidad, que supuso una transformación de las infraestructuras, los tiempos de viaje y los modos de transporte en el país.
Toda este recorrido ha permitido que más de 36 millones de viajeros utilizaran los servicios de alta velocidad de Renfe en 2017, incluidos los servicios AVE, Avant (Alta Velocidad Media Distancia) y Alvia, muy lejos de los 1,3 millones de viajeros que utilizaron los servicios de alta velocidad en 1992, año en el que se inauguró el primer AVE, que conectaba Madrid con Sevilla.
A lo largo de estos 26 años, 360 millones de viajeros han utilizado la red de alta velocidad, situando a España como el segundo con más kilómetros de alta velocidad por detrás de China.
Además, cuenta con 12 núcleos de cercanías que prestan servicio de transporte urbano e interurbano para más de 420 millones de viajeros anuales.
26 años después del primer servicio de alta velocidad y 170 años después de que el primer tren con viajeros echase a rodar, el ferroviario es el principal modo de transporte colectivo elegido en España para trayectos de larga distancia peninsulares.
Para conmemorar los 170 años del tren en España, Renfe ha programado actuaciones en las estaciones de Sants y Mataró, así como un AVE Barcelona-Madrid con actividades de animación a bordo