Filipinas recibió en 2018 a 7,12 millones de turistas, su récord histórico, a pesar del cierre durante seis meses de la isla de Boracay, uno de sus destinos más visitados, para rehabilitar su entorno.
El dato implica un crecimiento del 7,65 % con respecto al año anterior, cuando el archipiélago registró 6,6 millones de llegadas, indicó el Departamento de Turismo en un comunicado.
El aumento del turismo en Filipinas creció por encima de la media del 6 % del Sudeste Asiático, subrayó dicho departamento citando datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Los seis meses de cierre de Boracay -que recibió 2 millones de turistas en 2017- para la limpieza y rehabilitación de sus playas afectadas por la masificación, derivó el turismo a islas como Palawan o Siargao, y otras menos conocidas como Romblon o Siquijol.
“El desafiante acto de cerrar Boracay, principal destino de sol y playa del país, se ha convertido en una bendición disfrazada para los lugares turísticos secundarios, para compartir la luz y la atención que realmente merecen”, señaló la secretaria de Turismo, Berna Romulo-Puyat.
Corea del Sur se mantiene como el principal emisor de turistas a Filipinas, con 1,58 millones de llegadas; seguido de China, el mercado que más creció, casi un 30 % con 1,25 millones de visitantes.
Estados Unidos se mantuvo en el tercer lugar con 1,03 millones, seguido de Japón con 631.800 llegadas y Australia con 279,821 visitantes.
Puyat subrayó que los planes para 2019 son continuar la conversión del “turismo masivo” al “turismo de alto valor”, que atraiga nuevos huéspedes sin afectar el medio ambiente.