Los franceses apuestan por el célebre “boeuf bourguignon“, una receta tradicional de carne de ternera típica de la región de Borgoña (este de Francia), como el plato que mejor representa la gastronomía gala.
Por delante de otros manjares tan conocidos como los caracoles y el “cassoulet” -un guiso de judías y carne similar al ragú-, el “boeuf bourguignon” obtuvo el 23 % de los votos en una encuesta realizada por el instituto demoscópico Toluna y publicada hoy por el diario “Le Parisien”.
El “boeuf bourguignon” es un estofado de buey, cocinado al vino tinto, a ser posible de Borgoña, y acompañado de cebolla, panceta y champiñones.
Este guiso hace las delicias de los amantes de la carne, la cocción a fuego lento y la cocina tradicional.
Las opiniones de los franceses sobre este plato tradicional contrastan con el éxito de las cadenas de comida rápida o de las “boulangeries” (panaderías) que venden bocadillos.
Por eso no sorprende tanto que en el tercer puesto se encuentre el filete con patatas fritas, antes que otros platos algo más elaborados, como los mejillones con patatas fritas y las ancas de rana.
En cualquier caso, una mayoría aplastante de los franceses -un 93 %- coinciden en que las buenas comidas son, ante todo, momentos de convivencia “indispensable en la vida cotidiana”, y mucho más recomendable que un picoteo delante de una barra de bar.
El foie-gras, las ostras, las crêpes, los callos de Caen, el “cassoulet” de Toulouse, la tarta Tatin (de manzana) y el queso Camembert de Normandía, además de vinos como el champán y el “chardonnay” son otros de los numerosos manjares de la cocina francesa.
Una gastronomía que en noviembre de 2010 fue reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco.