A 64 años de su muerte, la figura de la mítica pintora mexicana Frida Kahlo sigue fascinando al público. La compañía española Curro DT, dirigida por Alberto García, y la coreógrafa costarricense afincada en México, Marcela Aguilar, llevan al espacio madrileño Nave 73 el espectáculo de Danza “ Pies para qué los quiero, si tengo alas pa volar”, en homenaje a Frida Kahlo, uno de los mayores iconos de la cultura mexicana.
La pieza original fue creada por Marcela Aguilar en 1985 a petición de la enfermera que acompañó a Frida en su lecho de muerte. Para iniciar su creación, Aguilar visitó la “Casa Azul” en Coyoacán, e indagó en su vida a través de sus objetos personales, como las famosas cartas escritas de su puño y letra, dejándose impregnar de las vibraciones del entorno donde Frida tuvo su hogar y lo que fue el escenario de su particular vida repleta de desgracias, triunfos y pequeñas alegrías que le robó a la vida. El resultado fue un espectáculo de 17 minutos que se estrenó por primera vez en México, y que desde el pasado mes de enero hasta el último jueves de febrero, los amantes de Kahlo podrán disfrutar en Madrid con un montaje actual de 60 minutos.
Diferentes cuerpos danzantes, representados por mujeres, hombres y hasta una niña reencarnan a la emblemática Frida dando forma a una imagen polifacética de la enigmática y misteriosa pintora.
La obra presentada en tres partes, muestra facetas de la pintora sin orden cronológico, que van desde su época de niñez y su temprano paso por los hospitales, hasta su turbulenta vida amorosa junto a su marido el muralista Diego Rivera, sus aspiraciones revolucionarias… haciendo al espectador partícipe de su vitalidad así como del tremendo sufrimiento que ha padecido.
Tan famosa como polémica, décadas más tarde, el personaje sigue siendo un mito del feminismo y un hito en la historia del arte. El espectáculo nos invita a reflexionar sobre las ilimitadas capacidades que puede tener el ser humano, a pesar de sufrir la desgracia de una enfermedad tan dolorosa e incapacitante como la que padeció Frida Kahlo. Se le añadió una parte coral, según explica Alberto García, “que tiene que ver con el imaginario de Frida, desdoblada en múltiples personalidades que representan a aquellas mujeres del siglo XX que lucharon por la igualdad de género.
Después de Madrid, se llevará a varias ciudades españolas, y posiblemente también a México.