“Comunicar bien es una labor que toca muchos palos, hay muchos valores de un producto que hay que poner en alza”
-Lleva muchos años en el mundo del marketing y la comunicación en materia turística. Viajes, gastronomía…nada se le resiste a la hora de plasmar sus experiencias. ¿Qué parte de su trayectoria hasta ahora recuerda con especial cariño?
Cuando uno está enamorado de su trabajo y lo hace con especial dedicación todo termina por ser parte del conjunto de los mejores recuerdos. Creo que la parte humana es lo que me queda de cada experiencia, de cada viaje. Las personas que se cruzan en tus periplos, aquellas que encuentras sorpresivamente en un viaje o esos seres que vas explícitamente a entrevistar… Siempre hay que aprender, entender y aceptar otros mundos, otras posturas. Eso es lo que, creo yo, te enriquece como persona y sobre todo, como viajero. Especial cariño le tengo a mi propia web www.altum.es que es como mi niño pequeño. Sin quererlo y sin buscarlo se ha convertido en un micromedio.
-Desde sus comienzos hasta hoy en día ¿Cómo diría que ha cambiado la comunicación turística?
Todo. Cuando yo empecé no había ni móviles ni internet, y aunque el ordenador empezaba a imponerse, las máquinas de escribir estaban ahí en las redacciones, en todas las oficinas con su ruido maravilloso y el humo de los fumadores invadiéndolo todo. Eso hoy en día es impensable. La experiencia profesional y el recorrido de los grandes de mi gremio está ahí y siempre estará afortunadamente. Sin embargo, las nuevas generaciones aportan cosas nuevas, y ya no hablemos de la tecnología… No olvido esas presentaciones a clientes sin tablets, ni grandes pantallas, ni efectos especiales. Aún recuerdo lo que era maquetar a mano, lo que era una guía telefónica en papel y tú ahí buscando datos en las páginas amarillas, indagando en ellas…. Una conferencia internacional pedida a telefónica… Parece que hablo de un pretérito muy lejano, pero no hace tantos años de eso… ¿o sí? (Risas)
– ¿Cree que hoy en día tanto instituciones como particulares son conscientes de la importancia de una buena comunicación o cree que aún hay espacio para la mejora?
Siempre se puede y se debe mejorar. Definir hoy en día “buena comunicación” no debería ser tan complejo como lo es. No por tener una web se es periodista, ni por tener el último móvil con “N” cantidad de cámaras se es fotógrafo, ni las caras bonitas de los influencers son la última medicina. Todo esto es válido, no digo que no, pero también se necesita valorar la experiencia, los años de trabajo, el “saber hacer”. Me sorprende ver cómo muchas empresas despilfarran el dinero en campañas de comunicación que a mi juicio no consiguen los resultados esperados. A veces pienso que son “modas” y por suerte o por desgracia ahí están.
Ahora bien, muchos clientes a veces creen saber quién es su público objetivo pero les cuesta llegar a él. En ocasiones los mecanismos que se deben utilizar para conseguir ese objetivo no pasan por lo obvio. Creo en los atajos, en la unión de sinergias y en las estrategias bien implementadas y estoy convencido que cualquier medio es relevante en las tareas de comunicación aunque solo sea para posicionamiento en internet.
Comunicar bien es una labor que toca muchos palos, hay muchos valores de un producto/destino que hay que poner en alza y no solo la tecnología y las tendencias son suficientes. Los valores humanos jamás pueden dejarse a un lado, ni el valor de las cosas sencillas, de ahí la importancia que yo personalmente doy a los detalles, y por supuesto, a las relaciones públicas. La buena comunicación debe intentar siempre una postura 360º
-Imagine que tiene la total libertad de elegir un destino que promocionar y que para ello le requieren visitarlo. ¿Cual elegiría, tiene alguna cuenta pendiente consigo mismo?
Ufff… yo jamás he dicho “ese destino no me interesa” o “ ahí no hay nada”. Eso lo puede decir un turista que “va a donde hay que ir” y “hace lo que hay que hacer”. Como comunicador debo intentar ser alguien de amplias miras, debo saber sacar de las profundidades cualquier atractivo válido para la comunicación.
Personalmente pienso que todos los destinos están para descubrirse, para indagar en ellos según tus intereses y, como comunicador, hay que saber buscar la mejor cara de cada sitio, sus facetas más escondidas, sus entrañas. Es ahí donde está la esencia.
Destinos por promocionar hay muchos, que me inviten a visitarlos, también. Pero el que yo sueño es imposible tocarlo por cuestiones políticas y sobretodo, de seguridad, y no creo que nunca nadie me invite: Yemen.
– Parte de su trabajo requiere el contacto con un cliente exquisito y exigente. ¿Es fácil trabajar para el mundo del lujo?
Siempre cuento que escuché hace unos años al director general de Hermes decir en París una frase que para mí es casi una religión: “Cuanto más conozco el lujo, menos lo entiendo”. No estaba equivocado.
El concepto del lujo es también amplio y, por eso mismo, algo subjetivo, fascinante y a la vez muy difícil. Trabajar en este sector requiere probablemente de movimientos muy acertados, en algunos aspectos se requieren jugadas muy pensadas, como en el ajedrez. Los clientes del mundo del lujo no son fáciles, conocen su producto mejor que nadie, y a la vez, tienen mucho mundo, mucho recorrido y poseen, con frecuencia, un “Savoir Faire” especial. Tienes que estar a su altura en todos los sentidos.
– Acaba de estrenar puesto como director en la revista internacional de viajes Wonder Go, que será bimestral y bilingüe español/inglés. ¿Qué puede contarnos de esta publicación?
Wonder GO es una publicación independiente, dirigida a un viajero ya con algo de criterio en el mundo de los viajes y de un nivel socio cultural medio alto / alto. Nació en Portugal donde solamente existe online y está muy bien posicionada. En ella se valora el trabajo periodístico y fotográfico de calidad y es una publicación amplia, diversa e internacional.
Saldremos en español e inglés y estamos seguros que la difusión online en el mundo hispano parlante hará que conquistemos más lectores. La versión en papel está muy cuidada y aunque no estará en los kioscos, se distribuirá a un amplio espectro del sector turístico y de nuestra sociedad. Creemos en la experiencia de nuestros colaboradores y aunamos muchas nacionalidades en nuestro equipo. Nuestro Director General, Fernando Borges, tiene una vasta experiencia en el sector de la publicidad y el marketing y eso se nota en la forma que nos ha puesto a trabajar a todos.
Estamos llenos de ilusión y con muchas ganas de traer al sector aires frescos, internacionalidad, diseño, y por supuesto nuestra forma Wonder GO de ver el mundo.
–Dicen de usted que tiene un alma cosmopolita, pero vamos a ponerle en un aprieto. ¿Con qué tres ciudades del mundo se quedaría y por qué?
Nunca me han gustado las ciudades perfectas, y créame que las hay aunque no lo crean muchos. Yo tengo un trío que llamo el “triángulo canalla” y lo componen tres ciudades por las que siento absoluto amor: Río de Janeiro, Lisboa y Bangkok. Ninguna es perfecta, algo caóticas, misteriosas, vibrantes, superpobladas y con muchísimos problemas.
Río, paisajísticamente puede ser sin duda la ciudad más bella del mundo, Lisboa es la nostalgia del pasado convertida en urbe y a la vez, la nueva cara europea; y Bangkok lo es todo, es un microcosmos de tradición y modernidad, es la meca del lujo asiático, es la Dama del Chao Phraya y en su forma y en su alma es todo el antiguo reino de Siam.
-¿Tras treinta años de carrera profesional cuál es su objetivo a medio plazo?
De momento solo hay uno y se llama Wonder GO. Quiero que consigamos convertir esta revista en todo un referente en la historia de las publicaciones de viajes.