Puede que no sea la opción ideal para el viajero empedernido eso de tener un cine en el propio hotel. Si eres un cinéfilo importante podría restarte horas de patearte la ciudad por lo que podrías dejar de ver alguno de sus puntos turísticos importantes y eso sería imperdonable. Pero tener una sala de proyecciones como mandan los cánones en el propio hotel puede ser un atractivo importante que no muchos establecimientos en el planeta pueden ofertar. A continuación os nombramos algunos de ellos…
Comenzamos nuestro recorrido por Ennetbürgen, en Suiza, donde se encuentra el hotel Villa Honegg. Este coqueto hotel, muy cerca de Lucerna fue remodelado por completo en 2011. Entre sus reformas se acometió una sala de proyecciones para 20 personas con unas condiciones de acústica que lo habilitan para funcionar como sala de grabación o plató radiofónico. Todo un prodigio para los sentidos en plenos Alpes.
Nuestro siguiente ejemplo nos hace cruzar el charco hacía el hotel AWA en el turístico enclave de Punta del Este, en Uruguay. Fue el primer hotel del planeta en incorporar un microcine de alta tecnología con capacidad para ocho personas. El cableado de la sala tiene conectores de oro y gas inyectado. Imposible encontrar algo parecido en el mundo y, ojo, la sala fue bautizada como Tarantino.
El siguiente “hotel cine” nos lleva a Palencia (España), al hotel Convento de Mave. El establecimiento está ubicado en un cenobio del siglo XII y su reciente reforma lo ha dotado de una sala de proyección camuflada en uno de sus salones. El “cine” hace su aparición al pulsar un botón que transforma domóticamente todo el entorno a una sala de aspecto minimalista, toda una delicia para los cinéfilos más exigentes.
Existen otras modalidades para el híbrido cine/hotel como las “Screening Room”, es decir salas no para clientes y sí para fines comerciales y exhibiciones o eventos paralelos. Un ejemplo claro es el Tribeca Grand hotel, en Nueva York, o el W Leicester en Londres. Se trata de salas con todo lujo de detalles y la mejor tecnología pero enfocadas de forma deliberada al showbiz.
También existen hoteles temáticos, habitualmente situados en antiguos cines, que le dan al establecimiento un halo de misterio y carácter muy beneficioso desde el punto de vista del marketing. Ejemplos como el Astoria 7 en San Sebastian, el Cinema Hotel de Tel Aviv o el Hotel Vincci Capital, literalmente sobre el cine Capital en Madrid, uno de los más antiguos y más míticos de España.