La promesa de garantizar “tranquilidad”, con una especialización centrada en la ausencia de niños en sus instalaciones, ha permitido a los hoteles “solo para adultos” experimentar un auge en la última década, pero estas ofertas chocan con el marco constitucional, según expertos consultados por Efe.
“La ley no contempla el derecho de un hotel a negar el acceso por edad. Aunque es cierto que el establecimiento puede reservarse el derecho de admisión, el ejercicio legal de este derecho no es ilimitado, ya que no pueden existir motivos de discriminación basados en la edad”, asegura a Efe Gerardo Ruiz, abogado de Legálitas experto en consumo.
El 5 % de los hoteles españoles son “solo para adultos”, según datos ofrecidos por la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), y aunque no existe una normativa específica relativa a este sector, en el artículo 14 de la Constitución se contempla que los españoles no podrán sufrir “discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición personal o social”.
Un concepto, el de discriminación, que organizaciones para la defensa del consumidor también identifican en estas ofertas, porque “vetar la entrada a menores sería tan legal como plantear que no pueden alojarse personas de una determinada etnia o nacionalidad”, según apunta Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, en una entrevista con Efe.
“No hay justificación objetiva que pueda utilizarse como criterio, porque hay niños que hacen ruido y otros que no lo hacen. El criterio objetivo que podrían utilizar es que en ese local no se permite gritar, pero eso no necesariamente lo hace un niño: solo hay que ver el perfil de clientes adultos de ciertos hoteles de Mallorca”, añade Sánchez.
Si un hotel no puede negar el acceso a niños a sus instalaciones, ¿entonces cómo es posible que siga manteniéndose, y creciendo cada año, este modelo de negocio?
Los hoteles que ofrecen servicios ‘adults only’ pueden sortear el apartado legal de diferentes maneras. Si un cliente acude al establecimiento con la intención de alojarse con bebés o menores de 18 años, el hotel puede alegar que no dispone de cunas o camas apropiadas para ellos, o simplemente aducir que el servicio de cenas, por ejemplo, no comienza hasta horas muy tardías.
“Pueden poner diferentes excusas, como que hay sobreventa de plazas, por ejemplo”, resalta Sánchez.
En cuanto a la publicidad de este tipo de servicios, tampoco existe una regulación clara al respecto, aunque “un establecimiento puede publicitarse comercialmente para un público determinado mientras no prohíba la entrada de manera discriminatoria”, indica a Efe Eva Giménez, socia del bufete RCD.
Desde Iberostar, uno de los grupos españoles con mayor oferta de servicios “solo para adultos”, con nueve hoteles en España de este tipo, niegan que en sus establecimientos exista un veto a menores.
“El término ‘adults only’ es una etiqueta para definir de manera reconocible una especialización, sin que ello suponga una prohibición a menores acompañados que quieran vivir una experiencia con nosotros”, asegura a Efe Inma de Benito, directora de comunicación de Iberostar.
Otros grupos como Barceló, compañía que abrió el primer establecimiento de estas características en España en 2010 (Hotel Illetas Albatros, en Mallorca), no ofrecen servicios “solo adultos” si en la misma localización la cadena no dispone de otro hotel que pueda recomendar a los clientes que acudan con menores.
“No hay ninguna zona en la que Barceló tenga un ‘solo adultos’ y no posea también otro hotel donde los clientes con niños puedan encontrarse más a gusto. Se trataría entonces de elegir en función de las necesidades”, detalla a Efe Álvaro Pacheco, director de Comunicación de Barceló.
En cualquier caso, si un cliente insiste en hacer una reserva con niños en un hotel que se anuncie como “solo para adultos” y no se le permite, desde Legálitas la recomendación es clara: denunciar.
“Se puede protestar mediante las hojas de reclamaciones que el establecimiento debe disponer y el conocimiento de ese hecho podría concluir con una sanción al hotel por parte de los organismos competentes”, afirma el letrado Gerardo Ruiz.