La aviación comercial en América Latina seguirá en expansión durante los próximos 20 años, pero debe mejorar su competitividad para garantizar la rentabilidad de las aerolíneas, dijeron ayer representantes del sector reunidos en Brasilia.
“Dentro de 20 años, la región será una de las de mayor tráfico aéreo en el mundo, con cerca de un 6 % de crecimiento anual”, dijo el panameño Pedro Heilbron, presidente del Comité Ejecutivo de la Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe (ALTA), al inaugurar una nueva edición del Foro de Líderes de ese organismo.
Heilbron, presidente ejecutivo de la aerolínea panameña Copa, presentó un panorama optimista para un sector del cual aseguró que lleva “quince años de crecimiento continuo” y a tasas superiores a las de la propia economía regional.
Según datos que presentó en el foro, durante 2018 la aviación comercial regional transportó a cerca de 330 millones de pasajeros en unos 1.900 aviones.
Heilbron explicó que esas cifras significan que América Latina y el Caribe representan hoy el 8 % del mercado mundial de la aviación civil, una posición que deberá mejorar considerablemente con la fuerte expansión que se proyecta para las próximas dos décadas.
Según sus cálculos, en ese período las aerolíneas de la región precisarán unas “2.600 aeronaves adicionales”, las cuales se sumarían a las actuales y a un millar ya encomendado a las mayores fabricantes de aviones del mundo.
Otros datos presentados por Heilbron en el foro de la ALTA dicen que la aviación comercial tuvo en 2018 una contribución media del 3 % en el producto interno bruto (PIB) de los países de la región y que aumentó considerablemente el número de rutas, tanto domésticas como internacionales.
A pesar de un panorama que pareciera totalmente despejado, el directivo de la ALTA advirtió de que el mayor “desafío” para las aerolíneas regionales es lograr una sustancial mejora de sus niveles de competitividad y apuntalar su rentabilidad.
En ese marco, explicó que las aerolíneas tuvieron en lo que va de este año unas ganancias equivalentes a 50 centavos de dólar por pasajero transportado, que en algunos casos “ni siquiera pagan el café” que se sirve en los vuelos, apuntó.
Brasil aprovechó el foro para presentar sus planes para el futuro del sector, que pasan por la privatización de 22 aeropuertos del país hasta 2021, que se sumarán a los otros 22 ya privatizados.