La Alianza para la excelencia turística, Exceltur, apunta a la consolidación en el primer cuatrimestre del año de “una notable disparidad” entre el buen comportamiento de los destinos urbanos y la caída que se empieza a apreciar en los vacacionales.
Este retroceso se nota muy especialmente en los lugares de vacaciones más dependientes de la demanda extranjera touroperizada, que en estos primeros meses del año se concentra mucho en Canarias, según el barómetro de la rentabilidad y el empleo de los cien principales destinos turísticos españoles que elabora Exceltur.
Asimismo, continúa la tendencia a la ralentización en el crecimiento de la rentabilidad socioeconómica inducida por el turismo, con una subida del 1,9 % de los ingresos por habitación en España entre enero y abril (49,5 euros) y del 2,5 % en el empleo.
Mientras los destinos urbanos experimentaron un significativo aumento de la rentabilidad, extrapolada a partir de la evolución de los ingresos hoteleros en un contexto de aumento de plazas de alojamiento y la creciente competencia, mayormente ilegal, de las viviendas de uso turístico, los vacacionales, muchos todavía en temporada baja, sufrieron un descenso en todos los indicadores.
El ingreso por habitación disponible (RevPAR) en hoteles urbanos se incrementó en un 4,2 %; los precios, en un 1,7 %; la ocupación, en un 2,5 %, y el empleo, un 4,9 %.
En los de sol y playa, el RevPAR se contrajo un 2,7 %; los precios, un 1,2 %, la ocupación, un 1,5 %, y el empleo, un 0,7 %, reflejando el cambio de escenario, marcado por la recuperación de los destinos del Mediterráneo Oriental. Sólo Turquía ganó entre enero y abril a 950.000 turistas.
Las grandes ciudades se vieron favorecidas por el aumento de la demanda extranjera, gracias al incremento de la conectividad aérea y al dinamismo de los viajes de negocios.
Es el caso de Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao o Madrid, aunque, en esta última, la buena evolución del número de pasajeros y pernoctaciones se dejó notar en menor medida en los ingresos (un 0,6 % más), debido al crecimiento de las plazas (un 4,7 %), derivado de la apertura de nuevos establecimientos hoteleros en la ciudad y la continuada eclosión de viviendas turísticas.
En esta senda positiva se situaron igualmente ciudades de menor tamaño dotadas de un alto patrimonio cultural, que han disfrutado del aumento de la demanda extranjera y el efecto de la celebración de la Semana Santa en abril.
En un contexto de dinamismo de la actividad de viajes internos de negocios, vinculado al crecimiento de la economía española, un conjunto de ciudades de elevada base empresarial experimentó un importante aumento de la rentabilidad.
Las ciudades de mayor relevancia vacacional de la España Verde -San Sebastián, Santander o Gijón- comenzaron el año con aumentos en la demanda, que “no han sido capaces de compensar el fuerte aumento de la oferta, lo que ha provocado descensos en los ingresos”.
En cuanto a los grandes destinos vacacionales, sufrieron descensos en sus ingresos y, en muchos de ellos, también en el empleo, con especial incidencia en Canarias.
Dentro de los destinos peninsulares, la costa andaluza inició el año en positivo, gracias a los buenos registros en abril impulsados por la demanda española, así como la valenciana y la catalana, si bien en esta última se compara con un inicio de 2018 afectado por la inestabilidad política.