Son consideradas las primeras ‘mini-vacaciones’ del año y son pocos los que optan por quedarse en casa. Los cuatro días festivos de Semana Santa son suficientes para una escapada nacional y para poder disfrutar de la llegada de la primavera.
Triunfan los destinos con una larga tradición religiosa imponiéndose los que además ofrecen sol y playa. Veamos algunos de ellos:
Málaga:
Es una de las ciudades donde las fiestas religiosas se viven con más fervor. El 16 de febrero de 1980 fue declarada de Interés Turístico Internacional y tiene algunas peculiaridades que la hacen única respecto las celebraciones del resto de España. Una de las que más se ve a simple vista es el hecho de que las figuras de los Cristos y las Vírgenes son llevadas sobre ‘tronos’ lo que significa que llevan la estructura sobre los hombros a diferencia de los costaleros que la llevan sobre sus cervicales.
Son distintivos además los denominados ‘pulsos’, se trata de un levantamiento de trono por encima de las cabezas mediante una maniobra que se lleva a cabo cuando el mayordomo de trono da tres toques de campana.
Además tradicionalmente en España la hermandad que abre las procesiones es La Borriquita mientras que en Málaga lo hace la pollinica, un pollino pequeño que va junto a la burrita. Una vez comienza la Semana de Pasión el visitante comprobará que no se trata de un evento de recogimiento y silencio. Mucha alegría y emoción, saetas improvisadas, aplausos y largos recorridos llenos de luz y color.
Sevilla:
Junto con Málaga es otra de las ciudades protagonistas durante la Semana Santa española. Durante esta semana la capital andaluza prácticamente se paraliza, los sevillanos sacan sus mejores trajes y la ciudad se prepara para recibir literalmente una invasión de visitantes. La Semana Santa en Sevilla no tiene horario y la noche y el día se confunden a ritmo de pasos y sacrificados costaleros.
El olor a jazmín, el calor y el bullicio crean un clima único del que es difícil escapar.
Entre los tronos que cuentan con más seguidores se encuentran por ejemplo La Macarena que es además una de las que tiene más costaleros, un total de 65. Su día más importante es ‘La Madrugada del Viernes Santo’. El recorrido se inicia a las 6 de la tarde y termina ya entrada la mañana del día 7, se trata de un espectáculo único en una ciudad que esa noche no pega ojo.
Toledo:
La Semana Santa de Toledo es diferente a las celebradas en el sur. Se entiende como una semana de recogimiento y expresión religioso. Ha sido catalogada como de Interés Turístico Internacional. En esta ciudad medieval se celebra muy especialmente la muerte y la pasión de Cristo y tienen mucho protagonismo la destreza de los cofrades para pasear las imágenes por las calles estrechas del Casco Histórico.
Cáceres:
La Semana Santa en Cáceres ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se vive sobre todo en el Casco Histórico. Una de sus procesiones más famosas, que data de la época medieval, se vive la noche del Miércoles Santo cuando la talla del Cristo Negro recorre las calles en absoluto silencio.