La ausencia de mejoras en la retribución de las estancias hoteleras, tras tres años de precios congelados, plantean a muchos empresarios abandonar el programa o reducir drásticamente sus cupos.
Por todos son conocidos los económicos viajes del Imserso, que cada año llevan a miles de mayores españoles a viajar durante la temporada baja. Precisamente de los precios viene el problema, y es que los hoteleros se quejan de que su margen de beneficio es muy exiguo. Cada año se comercializan casi un millón de paquetes en todo el territorio nacional pero la prórroga que ha planteado el Gobierno Central no conlleva ninguna mejora en los precios que perciben los hoteleros que trabajan en este programa que se enfrentarán a un cuarto año de congelación en un escenario de subida de costes y de incremento de pérdidas.
Los operadores de este programa están pagando actualmente 21€ por persona y día en habitación doble en régimen de pensión completa, con vino y agua incluido, y toda clase de impuestos también incluidos en este precio. Así, descontando el IVA, supone que un hotel percibe sobre 19€ por cada uno de los clientes alojados. Y con este presupuesto les proporciona alojamiento, desayuno, almuerzo, cena, animación, wifi, y toda clase de comodidades y servicios en una planta hotelera moderna y reformada.
Y claro, las cuentas ya no salen. Los hoteleros son los principales sostenedores de este programa ya que desde hace varios años se está trabajando a pérdidas con estos precios. Con los precios que paga el programa Imserso ni siquiera se alcanzan los ‘umbrales de rentabilidad o puntos muertos’, por lo que el ‘gap’ de pérdidas cada año se hace más grande y evidente para estas empresas.
Según los hoteleros sin embargo, las arcas del Estado son las que hacen el gran negocio con este programa: el Ministerio de Asuntos Sociales invierte cada año alrededor de 69 millones de euros pero Hacienda recauda 103,50 por los ingresos directos que genera el propio programa en impuestos, cotizaciones y el no pago de prestaciones por desempleo. Todo ello sin contar el efecto inducido de toda la industria auxiliar que se desarrolla alrededor de la hotelera o la disminución de consumo de servicios sanitarios y fármacos que se genera durante las vacaciones y que puede traducirse también en una cantidad económica importante.
El producto hotelero es el principal componente del paquete vacacional para mayores y el que determina la alta satisfacción de sus usuarios. Sin hoteles no hay vacaciones, por lo que el programa es insostenible en sus actuales términos. “Tenemos el firme convencimiento que el usuario puede asumir un incremento en el precio de 2-3 euros por día, lo que significaría una aportación entre 14-21 euros más en sus vacaciones, teniendo en cuenta la calidad del servicio que se ofrece. Para el sector hotelero es obligación de la administración pública buscar y proveer soluciones a este problema que se ha creado por ellos mismos, por un pliego de condiciones irresponsable e inadecuado a la realidad del sector y de los usuarios”.