Una protesta de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) provocó este martes la cancelación en Buenos Aires de al menos 121 vuelos con más de 14.500 pasajeros, una situación que afecta a las compañías de Aerolíneas Argentinas y su filial Austral, informaron fuentes de la empresa.
La protesta, que afecta desde las 06.00 hora local (09.00 GMT) a los vuelos que operan en el aeropuerto internacional de la localidad bonaerense de Ezeiza y el Aeroparque de Buenos Aires, se debe a la ausencia del personal técnico especializado de la empresa, por lo que no se trata “ni de asamblea, ni de paro”.
En declaraciones a la agencia Télam, Ricardo Cirielli, responsable de la APTA -organización que agrupar a trabajadores de mantenimiento y reparación de las aeronaves- atribuyó las cancelaciones y las demoras en ambos aeropuertos a “la exclusiva responsabilidad de la gerencia de operaciones”.
En el Aeroparque, centenares de pasajeros de distintas nacionalidades ante los mostradores de Aerolíneas Argentinas, a la espera de resolver la incertidumbre respecto a sus vuelos.
La argentina Patricia Peralta, que vio cancelado su vuelo a Mendoza (oeste), dijo a Efe que “solamente dos personas” estaban trabajando en las cinco ventanillas del servicio de atención al cliente de la compañía.
Desde la APTA señalaron que “no hay personal en seguimiento de vuelo y en la radio” y que “debería haber más personal por turno”, ya que la única persona que debía ocupar ese puesto está “enferma”.
“La gerencia lo sabía”, pero, aseguran que no tomó medidas para que se cubriese el puesto en ese turno. “Falta personal habilitado”. Cirielli afirma que la empresa está intentando cubrirlo con algún empleado que esté librando o, esperar hasta que se incorpore el próximo turno.
En cualquier caso, no son los primeros problemas registrados en estos aeropuertos, que recobraron la normalidad después de que hace un mes Aerolíneas Argentinas llegara a un acuerdo de sobre salarios con los sindicatos de pilotos tras varias jornadas de protestas.
Otra pasajera afectada, Mabel Giménez, que regresaba de vacaciones a su natal Salta (norte), consideró la situación como un “desastre” y mostró su esperanza de que la situación se arreglara, “porque siempre se cancelan vuelos, no es la primera vez que esto está pasando”.
El colombiano Santiago Molina, de vacaciones en Argentina y que se quedó sin volar a El Calafate (sur) después de llegar de madrugada al aeropuerto, dijo que la empresa retrasó su vuelo varias veces hasta que, horas después, les confirmó que estaba cancelado.
En octubre y noviembre la empresa pagará una suma fija adicional equivalente al 10 % del salario de cada trabajador y en diciembre una subida fija del 15 %.
En enero, desaparecerá esa suma fija y se aplicará un ajuste del 15 % a todos los salarios.