El 54 % de los trabajadores en Estados Unidos no utilizó todos sus días de vacaciones en 2017, lo que representó una pérdida de 236.000 millones de dólares en gastos, según un estudio publicado hoy.
El informe, elaborado por “Project: Time Off”, un movimiento que apunta la falta de planificación de las vacaciones como causa principal, señala que la media de jornadas de descanso fue de 17 el año pasado, un día más que en 2014, cuando la tendencia tocó fondo.
Por este motivo, más de 600 organizaciones impulsaron el Día Nacional para Planear Vacaciones, que se celebra hoy y que busca revertir la tendencia por la que más del 50 % de estadounidenses no dedica tiempo a diseñar su descanso.
El estudio de “Project: Time Off”, organización que busca romper el “estigma” que acarrea el irse de vacaciones, sostiene que el 54 % de trabajadores dejó un total de 662 millones de jornadas libres sin consumir.
De haberse invertido este tiempo en hacer turismo, se calcula que se hubieran generado 128.000 millones de dólares de gasto directo, con un impacto total en la economía de Estados Unidos de 236.000 millones de dólares.
El informe se basa en una encuesta a más de 7.000 estadounidenses que trabajan más de 35 horas y a los que los días libres no se les descuenta del salario.
El sector educativo, revela, es el que deja más días sin disfrutar, seguido de los funcionarios.
Idaho es el estado donde más trabajadores no disfrutan de todos sus días libres, un 78 %, y donde están particularmente concienciados sobre la dedicación total al empleo (un 10 % más que la media de Estados Unidos), además de tener una mayor preocupación sobre la posibilidad de parecer reemplazables.
Le siguen New Hampshire, Alaska y Dakota del Sur, este último temeroso de la cantidad de trabajo acumulado con la que tendrían que lidiar a la vuelta, mientras que la capital del país y San Francisco y Tampa (Florida) son las ciudades con menos vacaciones.
En cambio, sólo el 38 % de los trabajadores de Maine no utilizó todos sus días libres, mientras que Pittsburgh (Pensilvania) es la ciudad que más provecho sacó de esas jornadas, seguida de Chicago, Phoenix, Orlando y Miami.
En estas ciudades, así como en los estados de Maine, Arkansas, Hawai y Arizona, el porcentaje de empleados que aseguran sufrir estrés en el trabajo es inferior al 70 % de la media nacional.