El presidente de Perú, Martín Vizcarra, aseguró ayer que la famosa y turística montaña de siete colores, ubicada en la región andina de Cuzco, será preservada, ante la información de que formaba parte de una concesión minera.
“La montaña de Siete Colores, una importante área natural de conservación, será preservada”, escribió Vizcarra en su cuenta de Twitter.
El jefe de Estado agregó que es deber de su Gobierno “salvaguardar y proteger una bellísima creación de la naturaleza”, ubicada en Cuzco, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La ONG CooperAcción denunció que la montaña, llamada originalmente Vinicunca, forma parte de una concesión minera desde marzo, que se superpone parcialmente a la propuesta de un área natural de conservación regional en esa zona.
Vinicunca, también conocida como la montaña arco iris, fue concedida con fines mineros por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) a la minera Minquest Perú, propiedad de la empresa canadiense Camino Minerals.
La montaña está en mitad de la concesión minera denominada ‘Red beds 2’, que abarca una superficie de 400 hectáreas entre los municipios de Cusipata y Pitumarca, en la sureña región andina de Cuzco.
Sin embargo, el gobierno regional del Cuzco informó, tras la difusión de esta información, que Minquest renunció a la concesión minera, en mayo, “en salvaguarda de la integridad tanto del desarrollo cultural y turístico del área, como icono representativo y cultural del Perú”.
El Gobierno regional sostiene que ahora le corresponde al Ministerio de Energía y Minas emitir los documentos que confirmen que la famosa montaña de siete colores quedó fuera de la concesión y es parte del Área de Conservación Regional (ACR) de Ausangate, según informó la agencia estatal de noticias Andina.
El cerro Vinicunca se encuentra en el camino al Ausangate, la montaña sagrada de Cuzco, antigua capital del imperio incaico, y centro del Qoyllurit’i, la mayor peregrinación religiosa de Perú, reconocida desde 2011 como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco.
La montaña, situada a unos 5.200 metros de altitud sobre el nivel del mar en la cordillera de Vilcanota, debe el contraste de sus llamativos colores en franjas turquesas, doradas y fucsias, entre otros, por la oxidación de la alta concentración de metales que contiene.