El consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, rechazó voluntariamente una bonificación de casi un millón de euros en 2018, tras asumir errores en la confección de los cuadrantes de trabajo de los pilotos, que provocaron la cancelación de miles de vuelos entre septiembre y marzo.
La aerolínea irlandesa divulgó hoy en un informe anual los datos del salario de O’Leary, quien ganó 2,31 millones de euros en los doce meses hasta el pasado 31 de marzo, 950.000 euros menos que en el ejercicio anterior.
La fuga de pilotos a otras aerolíneas y los fallos en la distribución de las vacaciones obligaron a Ryanair a cancelar más de 20.000 vuelos entre los pasados septiembre y marzo, lo que afectó a unos 700.000 pasajeros y le costó a la compañía casi 25 millones de euros.
Aunque el informe no detalla la cantidad exacta de la bonificación rechazada por O’Leary en 2017/2018, las de los dos ejercicios anteriores se situaron en 950.000 y 850.000 euros, respectivamente.
Su salario base al final del pasado ejercicio fiscal, hasta marzo, fue de 1,06 millones de euros, al que se añadieron 1,25 millones de euros por el reparto de dividendos de sus títulos en la aerolínea, según el documento.
O’Leary ya reconoció a finales del pasado septiembre ante la junta general de accionistas que los errores cometidos en los cuadrantes de trabajo de los pilotos fueron responsabilidad suya.
A pesar de que el ritmo de crecimiento previsto para el pasado invierno se ralentizó, como consecuencia de las cancelaciones, Ryanair obtuvo un beneficio neto de 1.450 millones de euros en el año fiscal, el 10 % más que en el ejercicio anterior.
Por contra, los resultados del primer trimestre del presente año fiscal, hasta el 30 de junio, sí acusaron el efecto de las huelgas convocadas por los controladores aéreos y la falta de personal en este colectivo en varios países europeos.
Estas protestas provocaron la cancelación de más de 2.500 vuelos de Ryanair entre abril y junio, mientras que la caída del precio de su tarifa área media y el aumento de sus costes de plantilla, con subidas salariales para los pilotos, redujeron un 20 % su beneficio respecto al primer trimestre de 2017, hasta los 319 millones de euros netos.
Para el siguiente trimestre, la aerolínea deberá tener en cuenta el impacto de las huelgas convocadas este mes por sus tripulantes de cabina en España, Italia, Bélgica y Portugal, así como los parones de los pilotos en Irlanda y Alemania.