A cualquiera que se precie de haber recorrido el mundo, habría que preguntarle si también conoce las entrañas de la tierra. Nuestro vasto planeta tiene tanto que ofrecer y a veces los paisajes más extraños, sublimes o perturbadores no se encuentran sobre la superficie. Los submundos, naturales o creados por la mano del hombree, son un universo por sí mismos y experimentar sus extraños ambientes no es privilegio de experimentados espeleólogos.
Volcán Thrihnukagigur, Islandia
El volcán Thrihnukagigur se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Islandia. Gracias a que ha estado inactivo durante 4000 años, el interior quedó completamente hueco.
Al entrar e ir descendiendo, lo más impresionante que se aprecia son los colores que han adquirido las paredes gracias a la mezcla de minerales. Una experiencia imperdible para los amantes de las aventuras extremas.
Cueva de los verdes, Lanzarote, España
Esta cueva está formada por una red de túneles de diversas longitudes que se crearon a partir de una erupción volcánica.
El principal atractivo de la cueva es disfrutar de las formaciones naturales denominadas estafilitos así como de los trabajos de iluminación y reparación que se realizaron dentro a lo largo de 2 kilómetros de túneles. Hoy en día en estos túneles se puede disfrutar de conciertos y obras teatrales.
Ciudades subterráneas Kaymakli y Derinkuyu, Capadocia, Turquía
Se cree que estas magnificas ciudades subterráneas, fueron construidas hace 3400 años. Están compuestas por una compleja red de túneles y escaleras que recorren completamente el sistema de casas, templos y comercios que anteriormente dieron vida a este lugar.
Tienen una profundidad aproximada de 85 metros, pero por seguridad de los turistas, solo los 8 niveles superiores se pueden explorar.
Sus principales atractivos son los diferentes tamaños de las casas y pasillos así como un lago que corre al fondo de todas estas estructuras.
Mina de sal de Turda, Rumania
Esta impresionante mina se encuentra a 120 metros bajo tierra, un espectáculo tanto natural como artificial que se mezclan para crear experiencias únicas.
Dentro de la mina se han habilitado diversos comercios para el turismo como cafés, un billar, una biblioteca, una capilla, el museo de la mina de sal, una galería de vinos, y otros centros de entretenimiento.
Las minas de París, Paris
Estas minas se concibieron con el propósito de extraer minerales. Con el paso del tiempo y debido al crecimiento de la ciudad se fueron abandonando y se convirtieron en el lugar ideal para guardar las osamentas de los principales cementerios que serían destruidos en la ciudad, creando así una serie de galerías en las cuales se pueden observar las paredes forradas de antiguos huesos e inscripciones que hacen referencia a los lugares de procedencia de estos.
Estas minas cuentan con una serie de “túneles prohibidos” que solo los más expertos o intrépidos se atreven a explorar. Este lugar es uno de los principales atractivos que tiene París.
Mina de los Cóndores, San Luis, Argentina
La mina se encuentra ubicada en Concarán, en la provincia de San Luis, Argentina. La principal actividad de esta mina era la extracción de tungsteno, un elemento químico muy codiciado para la producción de armas.
Ahora esta zona se ha rehabilitado como un atractivo turístico en el que se puede realizar una caminata de aproximadamente 6 kilómetros dentro del túnel principal. A lo largo de este túnel se aprecian restos de tungsteno y el impacto del tiempo y el abandono en los túneles.
Minas de plomo Bonne Terre, Missouri, Estados Unidos
Dentro de estas magnificas minas se encuentra un paraíso para los amantes del buceo.
El yacimiento de agua que se encuentra dentro de la mina se formó debido a la filtración de la lluvia, llevando a la creación de este espectacular lugar.
Aquí el principal atractivo es el buceo ya que al quedar inundados los primeros niveles, las minas se convirtieron en el escenario perfecto para este deporte, aunque también se ofrecen recorridos a lo largo de los pasillos que no fueron abatidos por el agua.
Una vez descubierta la oscuridad al interior de la tierra, una vez experimentados sus sonidos y silencios, una vez que haya palpado su temperatura, seguro que el viajero valorará mejor la luz, los rayos del sol o el canto de un ave, y apreciará de modo distinto nuestro papel en el planeta. Y esto hará de él un viajero más completo.