Los runners estan de moda. No hay más que salir a la calle para darse cuenta. Cada vez son más los humanos que deciden acelerar su ritmo natural de desplazamiento y ver pasar la vida más rápido. Una legión de acelerados que esquiva peatones y árboles con mayor o menor agilidad y resopla en los semáforos mientras da saltitos y mira su última aplicación para ver si los saltitos también contabilizan como esfuerzo.
Bajo la lluvia, contra el sol y sobre todo entre el tráfico, que sigue contaminando mucho. Los runnres no se esconden pero algunos lo tienen claro: es mejor correr por un buen parque. Por eso si no eres capaz de renunciar a tu carrera del día, ni siquiera en vacaciones o en viajes de trabajo, te proponemos cinco parques europeos perfectos para que sacies tu ansia de velocidad sin atascos. Descubrirás una ciudad paralela llena de fieles como tu. Cálzate tus mejores zapatillas y sal a conocer el mundo.
1- Bruselas, por viaje de negocios
A Bruselas siempre se va por trabajo y aquí tienes una excusa perfecta para correr sin horario por dos parques esenciales: el Parque del Cincuentenario y el Parque de Bruselas. El del Cincuentenario es uno de los espacios verdes más amplios y celebrados de la capital de Europa, muy cerca de la Comisión Europea, es el favorito de los funcionarios para soltar presión. El de Bruselas, también conocido como el Parque Real, esta al lado del Palacio con el mismo nombre, es más coqueto y acogedor.
2- Londres y su bosque Hampstead Heath
Además de Hyde Park, de Regents Park y del Green Park, Londres cuenta con el súper parque: Hampstead Heath, un frondoso bosque en lo alto de la parte norte de la ciudad. Millas y millas de naturaleza a ratos en estado salvaje. Asi que conviene que te hagas con un mapa y traces una ruta, pero si no tienes prisa puedes dejar tu carrera al azar, porque no te faltarán tentaciones.
3- París y su polmón verde: Bois de Boulogne.
El Bois de Boulogne, conocido como “el pulmón de París”, dobla su extensión a la de Central Park, y los muy entendidos lo escogen sin dudar para hacer una buena carrera. Eso sí, casi todos pilotan alrededor del Lac Iferieur, porque como ya hemos sugerido, la estética también cuenta. Pero si te gusta investigar no dejes de regalarte una carrera por el Canal Saint Martin, el barrio francés inmortalizado por Amelie en la película del mismo nombre.
4- Zurich y su Jardín Botánico
El parque más bonito de Zurich es el Jardín Botánico, que por asimilación geográfica, muchos conocen como el Campus de la Universidad. Correr entre adormilados estudiantes te transportará a otras épocas de tu vida, y saldrás ganando porque es evidente que ahora estás más despejado y vas más rápido. El parque, musgoso y casi alpino, te dejará con los pulmones a estrenar y una curiosa sensación de bienestar en el cuerpo. Será porque Zurich es una de las ciudades europeas con mayor calidad de vida.
5- Oslo para los valientes
Hace mucho frío en la capital noruega, así que aquí correr no es de cobardes en el fantástico Frognerparken, al que puedes llegar paseando a buen ritmo desde el centro de la ciudad. Cuando estés satisfecho contigo mismo date un último capricho y no te olvides de recorrer más despacio el Parque de Vigeland, una exposición al aire libre con más de 200 obras de arte firmadas por el escultor noruego Gustav Vigeland.