El gobernador de la provincia surcoreana de Gangwon, Choi Moon-soon, presentó este martes un plan para reactivar cuanto antes las visitas turísticas al complejo hotelero intercoreano situado en el Norte que el régimen de Pionyang ha amenazado con apropiárselo y demolerlo.
Con la presentación del plan en Seúl, Choi le pidió al Gobierno central que reabra las visitas al resort situado en el norcoreano monte Kumgang, el cual, subrayó, se encuentra en el “centro del proceso de paz” de Washington y Seúl con el régimen.
El plan pasa por crear una gran zona de turismo en ambas franjas de la provincia de Gangwon, la única que resultó fragmentada cuando la península se dividió en dos, aprovechando la extensa infraestructura de transporte en la parte Sur y los encantos de una región famosa por su hermosas playas y montañas a ambos lados de la divisoria.
El complejo fue durante 10 años uno de los principales símbolos de la cooperación intercoreana hasta la cancelación de las visitas de surcoreanos en 2008, cuando soldados norteños mataron a tiros, supuestamente por accidente, a una turista del Sur.
Pionyang reclama desde entonces la reapertura del complejo -considerado una importante fuente de ingresos en divisas para el régimen- y recientemente dijo que planea expropiar las instalaciones, para las cuales el grupo surcoreano Hyundai tiene licencia de explotación hasta 2048, y demolerlas para construir unas nuevas.
Dado que Pionyang ha dado a Washington hasta enero para proponer nuevas concesiones a fin de desbloquear el proceso de desnuclearización, muchos expertos ven en esta reciente amenaza norcoreana un indicativo de que la reapertura de Kumgang podría servir precisamente para desatascar las negociaciones.
En todo caso, Choi, que durante un reciente viaje a EE.UU. subrayó la importancia y el simbolismo de este proyecto ante funcionarios de la Casa Blanca o la Secretaría de Estado, hizo a su vez dos lecturas del aviso dado del régimen.
“Por un lado, creo que Corea del Norte está frustrada porque considera que retomar el proyecto sería muy sencillo y solo dependería del Gobierno de Seúl (la utilización del complejo no está recogido específicamente en ningún paquete de sanciones de la ONU)”, explicó Choi.
“Por otro, las instalaciones tienen 21 años, así que es lógico que quieran renovarlas”, añadió el gobernador, que ha sido una de las figura clave en el diálogo entre Seúl y Pionyang por sus estrechos contactos con funcionarios del Norte.
Choi consideró que la amenaza de Pionyang es excesiva, pero a su vez aseguró que entiende la frustración del régimen tras no ver ningún avance en el proceso de acercamiento con Seúl y Washington tras un año y nueve meses de contactos diplomáticos.