Llega el final de año y, con él, la tradicional lista de propósitos de año nuevo. La mayoría de nosotros nos proponemos cosas como perder peso, aprender un nuevo idioma o viajar a un lugar exótico. Sin embargo, hay personas que deciden ir un paso más allá y marcarse propósitos más divertidos y originales.
Aquí tienes algunos ejemplos:
- Ir a un concierto o espectáculo al mes. Es una forma estupenda de disfrutar de la música y el arte. Puedes buscar grupos o artistas que te gusten o apuntarte a una newsletter de eventos culturales.
- Aprender a hacer un nuevo plato cada semana. Es una forma divertida de experimentar con la cocina y de descubrir nuevos sabores. Puedes buscar recetas en internet o apuntarte a un curso de cocina.
- Aprender a hacer un nuevo tipo de manualidad cada mes. Es una forma creativa de pasar el tiempo y de crear objetos únicos. Puedes buscar tutoriales en internet o apuntarte a un curso de manualidades.
- Aprender a hablar un nuevo idioma. Es una habilidad que te abrirá muchas puertas, tanto a nivel profesional como personal. Puedes encontrar muchos recursos online o apuntarte a un curso de idiomas.
Aquí tienes algunos ejemplos más específicos:
- Ir a un concierto de un artista que nunca hayas escuchado.
- Aprender a hacer un origami diferente cada día.
- Ir a un museo que no hayas visitado nunca antes.
- Aprender a hacer un nuevo baile.
- Escribir una canción o poema.
- Aprender a hacer un truco de magia avanzado.
- Ir a un festival de música electrónica.
- Aprender a hacer un plato tradicional de otro país.
El Año Nuevo no tiene por qué ser solo sobre resoluciones serias y metas ambiciosas. Diviértete y haz que tus propósitos reflejen tu personalidad única. Al final del día, lo más importante es comenzar el nuevo año con una sonrisa en el rostro y una actitud positiva.