La aerolínea australiana Qantas ha anunciado un beneficio neto de 853 millones de dólares australianos (673 millones de dólares estadounidenses o unos 571 millones de euros) en el año fiscal que acabó el 30 de junio pasado.
Esta cifra supone una caída de más del 17 por ciento respecto al anterior ejercicio, cuando recibió un ingreso extra por la venta de su terminal nacional en el aeropuerto de Sídney.
Sin embargo, su beneficio subyacente bruto, el cálculo que hace la propia empresa de sus ganancias, fue de 1.400 millones de dólares australianos (1105 millones de dólares estadounidenses o 937 millones de euros), impulsada por el recorte de los costes y el fortalecimiento del brazo doméstico.
Se trata del “segundo mejor resultado de los 97 años de historia de Qantas y un 8,6 por ciento menos comparado con el récord del año pasado”, indicó la empresa en su comunicado.
El director ejecutivo de la aerolínea, Alan Joyce, remarcó que los resultados reflejan el éxito de un “ambicioso programa” que se implementó en 2014 para “hacer que el Grupo Qantas sea fuerte y competitivo”.
La empresa indicó que el dividendo final será de 7 centavos australianos por acción (5,5 centavos de dólar estadounidense o 4,7 céntimos de euros) y un nuevo programa de recompra de acciones de unos 373 millones de dólares locales (294 millones de dólares estadounidenses o más de 249 millones de euros).
Joyce anunció también que a partir del próximo año Qantas tendrá vuelos directos entre Perth y Londres, y que en los próximos años confía en disponer de la conexión sin escalas entre Sídney y la capital británica