Un emblemático hotel de Tokio, el Okura, reabrió hoy sus puertas después de cuatro años de remodelación con la intención de recuperar las glorias pasadas y hacerse hueco en el mundo hotelero nipón con vistas a los Juegos Olímpicos de 2020.
El Okura, muy ligado a la historia reciente de Japón y en el que se han alojado muchos personajes ilustres, inició sus operaciones en mayo de 1962, pero quedó cerrado en agosto de 2015 para ser sometido a un prolongado proceso de remodelaciones.
Se han preservado piezas originales que marcaron al Okura como uno de los más importantes exponentes del arte moderno en Japón, muchas de ellas presentes en lugares como el vestíbulo principal del hotel.
Ese vestíbulo fue diseñado por Yoshiro Taniguchi, y su hijo, Yoshio Taniguchi, de 81 años, fue el encargado de reconstruir ese espíritu original para que el Okura pudiera reabrir sus puertas.
Fiel al pasado, la renovación del vestíbulo principal incluye las Linternas Okura que iluminan desde el techo, mesas lacadas o sillones dispuestos como pétalos de la flor del ciruelo, un mapa mundial y relojes que muestran distintas zonas horarias.
El hotel Okura está ligado a parte de la historia reciente de Japón. En octubre de 1962, meses después de su apertura, allí ofreció una banquete de honor al entonces emperador de Japón, Hirohito, el presidente mexicano Adolfo López Mateos.
En sus habitaciones se han alojado presientes estadounidenses como Gerald Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan, Bill Clinton o Barack Obama, pero también antiguos líderes rusos como Boris Yeltsin o Mijaíl Gorbachov.
Otros huéspedes han sido el exBeattle John Lennon, Rainiero de Mónaco y su esposa Grace Kelly, así como el príncipe Carlos de Inglaterra y la fallecida princesa Diana.
El complejo actual, una vez completada la renovación, está compuesto por dos edificios, uno de 17 plantas y otro de 41, y los espacios están compartidos por 508 habitaciones del hotel y oficinas