Las acciones de Ryanair experimentaron ayer un marcado descenso en la Bolsa de Londres y cotizaron un 12,81 % menos que el pasado viernes, en respuesta a una rebaja en las previsiones de beneficios provocada por las huelgas de trabajadores de la aerolínea irlandesa.
El valor de cada título de la compañía líder en Europa del sector de bajo coste se situó en 11,43 euros en el parqué británico al cierre de la jornada de hoy, 1,68 puntos menos que en la última sesión, cuando alcanzó los 13,12 euros.
La actividad bursátil de Ryanair arrancó con malas noticias, tras el anuncio de su directiva sobre las previsiones de beneficios para este año fiscal, lo que devaluó sus activos en torno al 8 % en la apertura, una tendencia de caída que se ha mantenido durante todo el día.
A media mañana, las acciones ya cotizaron casi un 10 % menos, hasta completar una jornada negra con una devaluación cercana al 13 %.
En la citada nota, la aerolínea indicó que sus ganancias podrían caer un 12 % debido a las huelgas de su plantilla y a los mayores costes por indemnizaciones a los clientes, así como por el encarecimiento del petróleo.
La empresa dirigida por Michael O’Leary situó su expectativa de beneficios para el ejercicio del 31 de marzo de 2018 al 31 de marzo de 2019 entre 1.100 y 1.200 millones de euros, frente a la anterior estimación de 1.250 a 1.350 millones de euros.
Desde la primera oleada de movilizaciones organizadas por sus trabajadores en varias bases europeas a mediados de julio, las acciones de Ryanair han caído en torno a un 27 %.
En lo que va de año, la cotización de la acciones de Ryanair ha oscilado desde un máximo de 18,3 euros hasta un mínimo de 11,5 euros, mientras que los expertos prevén que podrían seguir cayendo si se mantiene la incertidumbre respecto a la posibilidad de más huelgas en el futuro.
Ryanair explicó en su nota que las huelgas de su tripulación y pilotos este septiembre en Italia, Portugal, España, Holanda, Bélgica y Alemania causaron un descenso de los ingresos y también de las reservas futuras, por “una pérdida de confianza” de los pasajeros.
Los beneficios se ven afectados asimismo por el coste de las compensaciones a los clientes, como alojamiento o billetes nuevos -en virtud de la normativa europea EU261-, así como por el aumento en un 10 % del precio del petróleo, señala la empresa.