La aerolínea Scandinavian Airlines Systems (SAS) presentó hoy una pérdida neta de 1.402 millones de coronas suecas (131 millones de euros) en el primer semestre del año fiscal (noviembre-abril), por los efectos de la huelga de sus pilotos al final de ese período.
El paro laboral, unido a un mercado competitivo, la subida del precio del combustible y la debilidad de la corona sueca provocaron que la pérdida neta aumentase un 134 % interanual.
SAS estimó el coste de la huelga, que provocó la cancelación de más de 4.000 vuelos y afectó a 370.000 pasajeros, en 650 millones (61 millones de euros), aunque solo 430 (40 millones de euros) fueron contabilizados en el balance del primer semestre.
La pérdida neta de explotación (ebit) aumentó un 186 % hasta 1.591 millones (149 millones de euros).
La facturación ascendió a 19.721 millones (1.841 millones de euros), lo que supone una subida del 4,4 %.
En el segundo trimestre (febrero-abril) la pérdida neta fue de 933 millones de coronas (87 millones de euros), un 167 % más.
El ebit registró un valor negativo de 1.130 millones (106 millones de euros), un 200 % peor.
La aerolínea escandinava, controlada por los estados danés y sueco, facturó por valor de 10.187 millones (951 millones de euros), un 2,7 % más.
El director ejecutivo de la compañía, Rickard Gustafson, señaló en el balance que excluyendo los efectos negativos de la huelga y de otros factores el resultado del segundo trimestre habría sido similar al de un año atrás, uno de los mejores parciales en la historia moderna de la compañía.
Gustafson, que pidió disculpas a los afectados por la huelga, aseguró que el nuevo convenio colectivo firmado con los pilotos escandinavos le da la estabilidad y el tiempo para continuar con la transformación de la compañía.
SAS admitió que será un “reto” alcanzar un resultado anual antes de impuestos positivo, objetivo fijado anteriormente por la aerolínea.